¡Oiga, doctor!

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...devuélvame mi depresión...

Siempre me ha parecido extraño que cuando las cosas marchan sorprendentemente bien, Sísifo tiende a dejar de escribir... cuesta más trabajo hacerlo.

La piedra ha cambiado su forma y peso. No dudo que puede volver a ser insoportable pronto, pero en este momento he logrado disfrutar el vaivén por el valle.

El firewall de la oficina no ayuda, no deja siquiera acceder a leer a mis amigos, más allá de la Invasión Retrofutura y La Zanahoria del Caballo, que se publican en Crónica, pero sus blogs los reviso muy esporádicamente.

Necesito escribir lo que ha sucedido, pero tengo un mínimo de esperanzas de que podré hacerlo pronto. Aunque sea intentaré escribir desde la oficina y después pasarlo por este vedado editor. Ya habrá tiempo de ver si se puede. O bien, habrá tiempo para retomar la maldita piedra de mi absurdo.

Cinco reflexiones post-electorales

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Si algo ha hecho de la política una profesión poco honorable ha sido la mentira (tanto más cuando esta es pública y se pide su difusión), lo cual no puedo dejar sin respuesta.

No defiendo ni ataco a candidatos -concluyó ya la época de campañas-; si los cerca de 240 000 votos de diferencia fuesen en sentido inverso y el candidato que emplease estos argumentos fuese "el de la derecha", mi defensa sería exactamente la misma.

Consideren, además, que hace seis años, quien ganó la elección para Jefe de Gobierno, lo hizo por 214 035 votos sobre el segundo lugar (
AQUÍ puede verse el cuadro resumen, en la página del Instituto Electoral del Distrito Federal).

Este país necesita no sólo mexicanos nacidos o naturalizados. Requiere de personas que ejerzan su ciudadanía plenamente, saludo la difusión de información que a todos nos compete y el interés que se tiene, pero me parece indispensable evitar ver hacia un solo lado, tomar las palabras de alguien como ciertas sin considerar elementos ajenos a ellas.

Si recibieron un correo con las supuestas evidencias del fraude, los invito a reenviar este link y buscar más de una versión.


En primer lugar, me parece que es fundamental aclarar que el voto, a diferencia de su conteo, es un evento aleatorio. El conteo de los votos conforme fueron llegando al PREP NO ES UN EVENTO ALEATORIO. En la página del IFE, desde el día de la elección está una nota en la que se especifica qué NO es el PREP, cito:

"• No es un cálculo de los resultados sobre la base de estimaciones estadísticas o proyecciones a partir de una muestra.
"• No es una encuesta de salida o "exit poll" donde se entrevista a las personas que salen de las casillas sobre su voto emitido.
"• No es un conteo rápido en el cual una vez cerrada la votación, se recopilan los resultados de ciertas casillas previamente seleccionadas." (La página del IFE tiene más información que puede ser vista oprimiendo AQUÍ)

Segundo, yo estuve siguiendo el PREP durante la noche entera, desde las 20:00 hrs. del domingo 2 de julio hasta las 05:00 hrs. del lunes 3. Si bien las gráficas aparentan ser paralelas, cuando los cómputos superan, digamos, los cinco millones de votos para cada candidato, las diferencias son casi imperceptibles.

El conteo lo seguí y sé que cuando comenzaron a computarse los votos del Distrito Federal y el estado de México (ambas entidades con alto número de votantes y afines al candidato que quedó en segundo lugar), la brecha se cerró a menos de 150 000 votos. Sin embargo, cuando el cómputo en estas entidades se acercó al punto de "cierre" (96 ó 97%), la brecha entre primer y segundo lugar volvió a crecer.

Tercero, al argumentar que hay un fraude en 50 000 (de las más de 130 000) casillas, urnas embarazadas, ratones locos, etc., es poner como herramientas de ese fraude a 200 000 personas (es decir, los cuatro funcionarios de cada una de esas casillas), además de que cuestiona duramente a los cerca, también, de 50 000 representantes de casilla que su Coalición tuvo (según reportaron ellos mismos tenían cubiertas 97% de las casillas); es decir, considera que sus propios representantes son incompetentes y permitieron el irregular conteo de votos y posterior (tanto o más irregular) llenado de las actas en cada una de esas casillas.

Cuarto, de acuerdo con el grupo de expertos en estadística que colaboraron con el IFE para el conteo rápido, las estimaciones realizadas no brindaban claridad para declarar que candidato alguno hubiese ganado; esto es preciso y no.

AQUÍ está el informe que presentaron los expertos al Consejo General, en él se puede ver la forma en la que se fueron realizando los intervalos de confianza y probabilidad conforme al arribo de la información a la sede del Instituto. Si bien con dos de los métodos de estimación (los llamados "robusto" y "clásico") no se podía estimar quién tendría más votos (de acuerdo a los intervalos de confianza mostrados gráficamente en la penúltima lámina), con el modelo bayesiano (generado con base en probabilidades condicionales) sí es posible ver una diferencia entre el primer y segundo lugar, pues en los intervalos de probabilidad no hay intersección.

Quinto y último, acusar al Instituto Federal Electoral de usar un algoritmo mágico que asegurase la transmisión de votos de uno a otro candidato es convertirse en un inquisidor y acusar de brujería a alguien por hacer fuego o saber latín; es tratar de mandar a la hoguera a una persona por tener un pacto con el diablo...

Nadie mejor que José Woldenberg (cuya integridad y autoridad en el tema es, si acaso, prácticamente incuestionable) para explicar la forma en la que se cuentan los votos y en su editorial del jueves 6 de julio en el diario Reforma hace una clarísima descripción del proceso y el blindaje existente para que los fraudes no se den.


¿Cuáles son los verdaderos motivos de las infundadas acusaciones? ¿Qué sentido tiene seguir convocando a la gente? ¿Cuál es la utilidad que el segundo lugar tiene en mostrar públicamente su fuerza? Él sabe que no ganó, de lo contrario habría mostrado las actas; ¿cómo pasará (si lo hace) a la historia? El Juicio Histórico es una editorial que plantea esta pregunta... un abrazo para su autor.

Las instituciones mexicanas, salvo la iglesia (¡sí, carajo, ya sé!), han sido históricamente indignas de confianza, pero el IFE se la ha ganado con la lucha de muchas personas, de gente que ha empeñado su vida por tener un marco en el que los procesos electorales sean transparentes y hechos por la gente, por aquellos que no están afiliados a partidos políticos, por quienes creen que la democracia es la mejor vía para hacer de este un país en el que valga la pena haber nacido.

Y, sin embargo, se mueve...

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Fragmento del discurso de cierre de campaña de Patricia Mercado, candidata presidencial por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina... Sólo agrego que lo suscribo, ¡este país necesita una izquierda de valores!

Señoras y señores:

Nos ubicamos claramente en el campo de la izquierda. Nuestra acción política está guiada por un valor definitorio: La justicia. No como dádiva ni graciosa concesión sino como derechos de los ciudadanos.

Nos ubicamos en el campo de la izquierda que, derrotada por la dinámica de las superpotencias en la Guerra Fría, emerge después de la caída del muro de Berlín. Renueva sus raíces y rectifica su trayectoria abrazando el valor de la libertad. El sacrificio de la libertad en aras de la justicia marcó las variantes de la izquierda y selló la derrota del comunismo.

Para nosotros no existe dilema alguno. La libertad que postulamos es un valor principal pero no es un valor absoluto. Es un logro de nuestra integración social. Partimos del anhelo de libertad para llegar a ella en un proceso de liberación frente a la desesperanza, frente a la frustración, frente a la discriminación.

Se ha dicho que ser libre es liberarse a partir de ejercer opciones y elecciones. Se es libre porque se reconoce que los derechos a los cuales accedemos como miembros de una comunidad son solo vigentes a través de la responsabilidad.

Ser libre es conquistar nuestra autonomía el tercer valor que defendemos. Autonomía es construcción de formas de convivencia. Es una emancipación en tanto retorno al mundo de las relaciones humanas.

Del tronco común de la justicia emergen dos valores más que nos son constitutivos. El ejercicio de la tolerancia y el respeto a la diferencia. Tolerancia no es convenir en que discrepamos. La tolerancia y el respeto a la diferencia es el ejercicio activo que nos permite reconocer en las otras y en los otros sus dinámicas, sus formas de vida y sus razones. Es una deliberación permanente para comprendernos. Es la construcción de lazos de solidaridad.

Del tronco común de la libertad como ejercicio de responsabilidades se expresan un gran valor para nosotros, la laicidad, lo laico. Una laicidad como estrategia para la libertad. El Estado laico garantiza la libertad de conciencia.


Finalmente del mismo tronco de la libertad emerge el valor de la competencia como método para evitar la concentración, el monopolio, la oligarquía.

Rechazamos los monopolios y las oligarquías del dinero, del saber o de la fe. Sobre todo rechazamos los monopolios de la verdad porque asumimos la diversidad.

Reconocemos enfoques distintos para plantearnos las mismas preguntas. Para ofrecer distintas respuestas. Para implementar variadas soluciones.

Justicia, libertad, autonomía, tolerancia y respeto a la diversidad, laicismo y competencia son a mi juicio los seis valores centrales de la izquierda moderna.

Pero para que el pluralismo no devenga en fragmentación que dañe el tejido social, ni la libertad entronice el reinado salvaje del interés egoísta, ni la justicia se transforme en paternalismo insultante; la izquierda moderna debe hacer gobernable la diversidad.


Señoras y señores; compañeras y compañeros,

Estamos llamando a votar por convicción. Repito: estamos llamando a votar por convicción. El poder de la convicción es moralmente superior y políticamente más eficaz que la convicción del poder por el poder mismo.

Hace varios siglos, un sabio se empeñó en demostrar que la tierra giraba alrededor del sol. Condenado como hereje por la Inquisición salió de esa sesión mascullando "Y sin embargo se mueve.....". Aunque Galileo sufrió arresto domiciliario, muchos otros después sufrieron por lo mismo penas más graves.

Y sin embargo se mueve...

Que tenemos muchas cosas en contra, que el poder de los monopolios partidistas nos están arrasando. Que no podemos competir contra las arcas de los partidos tradicionales ni contra las trapacerías de los operadores. Y sin embargo se mueve...

Que nuestra agenda valórica es demasiada avanzada. Que asusta al votante medio. Que le bajemos el tono a la demanda por la despenalización del aborto, que no hablemos de sociedades de conviviencia, que no hablemos de la legalización de la mota o de la eutanasia. Y sin embargo se mueve...

Que la política sólo es exitosa con el dinero. Que los medios electrónicos de comunicación cuestan mucho y son estratégicos para un triunfo electoral. Que lo mejor es el mensaje insustancial. Que no importa el discurso sino el rollo. Y sin embargo se mueve...

Que cuidado con las propuestas programáticas porque la gente sólo entiende mensajes simples, lenguaje corporal, frases pegajosas. No los pongas a pensar, me dicen. Y sin embargo se mueve...

Les dicen a ustedes, jóvenes, que dejen de soñar, que le entren al toro, que la política es el reino de lo posible, que aprendan la mañas de los otros. Que el que gana es el que empeña su alma. Y sin embargo se mueve...

Les dicen a ustedes, mujeres, que lo mejor es no plantear temas controversiales, que lo mejor es irse con la corriente. Y sin embargo se mueve...

A lo que se derrotan sin haber dado la primera batalla les digo: Y sin embargo se mueve.

A los profetas del voto útil, les digo: Y sin embargo se mueve.

A los que nos recomiendan que no soñemos, que estemos con los pies en la tierra les digo: Y sin embargo se mueve.

Este 2 de julio mujeres y hombres, jóvenes y ancianos, bugas y gays, indios y mestizos, personas con capacidades distintas, los marginados de todo y los agraciados de todo vamos a decirles a los políticos de siempre: ¡Y sin embargo se mueve! ¡Y sin embargo se mueve! ¡Y sin embargo se mueve!

Este último mensaje es para los políticos de siempre, a la vieja clase política. Ustedes que llevan seis meses agarrándose a cubetazos, ustedes que no tienen tiempo para escuchar a los ciudadanos porque están ocupados tramando el próximo spot cochino; les hablo a ustedes, los espectros que pueblan el mundo que se está acabando.

Con nuestros sueños, con nuestras convicciones, con nuestro desengaños, nuestras caídas, nuestras levantadas, nuestros errores, nuestras rectificaciones. Con nuestro corazón que late por la izquierda. Con la inspiración de los jóvenes de ayer para los jóvenes de hoy. Con las mujeres que se pongan la banda presidencial conmigo.

¡Nos tendrán que creer! Con ustedes, con jóvenes y mujeres, con nosotras y nosotros. Caminemos hacia el 2 de julio para inaugurar un capítulo de la nueva historia. Haremos historia porque somos una izquierda de valores.

Cuidados felinos

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Los gatos son maravillosos. Son seres geniales, interesantes, divertidos y con personalidades muy definidas.

Yo tengo una gata de casi seis años de edad, Gala. Es bellísima y demandante, pero no por ello deja su independencia de lado. Cada noche que llego, viene conmigo y reclama su derecho de afecto y su ronroneo es uno de los sonidos con más pureza en el mundo.

En estos días he convivido con un par de gatos más. El primero Demian, de Eleanor. El miércoles me llamó ella para decirme que estaba enfermo, con los ojos muy rojos y deprimido.

Insistí para ir por él y lo llevamos juntos al veterinario, en cuanto llegamos, nos dijo el doctor que tenía fiebre y que estaba deshidratado, así que hubo que ponerle suero y comenzó a inyectarlo mientras yo lo detenía y Eleanor se angustiaba. Tuvo que quedarse ahí para pasar la noche, pero nos aseguró que estaría bien.

El jueves fui a la ficha a casa de Aniram, me cae bien y para entonces había generado ya aprecio en mí, pero ese día me cayó especialmente bien. En cuanto llegamos a su casa me llevó a ver a su nueva nena, aún no tiene nombre, pero es tan pequeña que cabe en poco más de la mitad de mi mano y apenas puede sostenerse en sus patas sin temblar.

La recogió de la calle, no sé en qué circunstancias, pero le admiro haber tomado a la gatita y llevarla a su casa. Le compró comida y le está dando leche con un biberón, ojalá se acoplen y se queden juntas.

La tarde del viernes fui por Eleanor para pasar por Demian, se veía mucho mejor y hace un rato lo llevamos a revisión. El médico nos dijo que estaba ya suficientemente recuperado y, a menos que se le vea mal, no será necesario llevarlo de nueva cuenta.

La forma como la gente trata a los gatos me parece un claro indicador de la personalidad humana. Si los rechazan me siento yo rechazado; si los tratan bien, siento que la especie humana se reivindica; si los recogen de la calle y les dan un hogar, casi hacen que recupere la esperanza en el homo sapiens, al menos por cierto tiempo.

Sísifo, el acrimónico

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Mi aspereza ha cruzado el punto de no retorno en mis relaciones laborales. Esta semana fui de la pena ajena a la indiferencia, con un largo intermedio de furia.

El Sub me pidió que le ayudara en una presentación para los externos y accedí a hacerlo, lo único que me correspondía era montarle el proyector y seguir con el ratón para hacer llegar la lámina siguiente... Yo no conocía el contenido de su archivo y, cuando los externos pidieron que mostrara lo que tenía que haber hecho, salí avergonzado de la sala, pues NO LO HABÍA LLEVADO!

Le pedí a su asistente que buscara en su computadora el archivo y lo encontró con cierta facilidad, pero resultó prácticamente inútil, pues él había hecho lo que se le dio la gana, haciendo caso omiso a todos los acuerdos a los que había llegado en reuniones previas.

Por supuesto, los externos montaron en cólera y pocos defendieron al Sub. Yo traté de deslizarme debajo de la mesa para ocultar mi rechazo a él, pero no lo logré. Me negué a dirigirle la palabra, salvo cuando insistió en que nos quedáramos a arreglarlo "hasta terminar" y fue para decirle que era demasiado tarde y que era una falta de respeto para con los viente asistentes a la cita.

Al día siguiente me pidió ayuda y mi tacto salió sin control. Le grité para decirle que estaba profundamente equivocado, sí, perdí el control, pero funcionó. La necedad de su parte, he descubierto, sólo puede curarse a punta de madrazos verbales.

Espero que lo haya resuelto, porque temo que me aventarán el desmadre a partir del lunes...

Y llegó el mundial

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...buscando calor en el cruel laberinto
de un vaso de alcohol

El mundial de fútbol no es un gran evento en mi vida, al menos no en cuanto al deporte en sí. Disfruto ver los juegos, sí, pero más que por las jugadas o por quién resulta vencedor, por el ambiente en las tribunas y, cuando no se va al estadio, por el que se da frente a la televisión con un grupo de profundos aficionados, por supuesto con un montón de alcohol.

Una vez más el fin de semana termina y me siento gustoso que así sea, pues empezó el martes, en casa de Ita (para otro festejo de cumpleaños); el miércoles recibí una invitación para una reunión de apoyo de alguna candidatura y fui; el jueves las cosas siguieron en casa de Naval, con los de la oficina.

El viernes, con todo el cansancio acumulado de esas noches, mis intenciones eran exclusivamente dormir para poder estar listo para el festejo (también de cumpleaños) que, según sabía, se daría el sábado... pero Ben me llamó para decirme que la noche del viernes era la indicada, así que el sueño tendría que esperar otra noche.

Ayer sólo salí para ver el juego de la albiceleste con Eleanor, comiendo un par de espectaculares charolas de comida japonesa y regresé a casa poco después... finalmente dormí.

Hoy jugó el equipo nacional y fui con los cuates de Coke a ver el juego. Mi comité de bienvenida fue un tequila que tenía que tomarme "de hidalgo" y cumplí... el acuerdo, que también seguí, contemplaba tequila también para la segunda mitad, el gol de la victoria (si había tal) y el final del juego.

Con suficientes grados encima partí a casa de Ben, finalmente conocí a su bellísima hija.

El mundial llegó. No importan los juegos, marcadores ni vencedores. Importa el pretexto para olvidarse por momentos de la piedra que cada uno tiene que empujar.

Hace un rato, de camino a casa me topé con una canción de Rockdrigo que mi hizo pensar en mi epígrafe... parece que estos recuentos (de días) etílicos demuestran que, efectivamente, el calor sólo ha llegado por la vía del vaso.

Más por necesidad...

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que por gusto.

En las últimas veinticuatro horas he recibido más de ochenta comentarios anónimos en este espacio y, aunque eso podría resultar halagador, no lo es.

Todos son casi iguales en posts distintos. Así que he decidido solicitar la validación de palabra para la publicación de comentarios. No es algo que me guste, pero se ha convertido en una necesidad.

Cine: El Código

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La oferta cinematográfica en el circuito comercial en esta ciudad es patética y, si de gringaderas se trata, Ron Howard es un especialista.

El Código (The Da Vinci Code, 2006) fue, probablemente, una de las películas más esperadas por el público estadounidense -¿o estadunidense? Supongo que depende del manual de estilo que se use- y, como suele suceder con estas espectaculares películas que a los gringos les genera tales expectativas, fue todo lo que esperaba.

Dan Brown, autor del Best-Seller homónimo sobre el cual se basó la película, escribió un libraco excesivamente ligero (que no breve) con una trama superficial, uno de los peores que he leído, que difícilmente podía ser empeorado... Howard lo logró.

La vi. Tenía que verla, el morbo fue más fuerte y, aunque esperaba algo lamentable, resultó peor. Con toda sinceridad me pregunto ¿acaso tenía motivos para pensar que sería menos mala de lo que fue?...

Ópera prima

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Me niego a dar una cátedra sobre algo que no sé, así que no voy a escribr una profundísima retórica sobre la ópera. Esta tarde fui con Eleanor a ver El Barbero de Sevilla, de Rossini.

Tras una deliciosa comida árabe, tomamos rumbo al centro, para llegar al teatro y llegar a la primera función de ópera a la que cualquiera de nosotros asistía. La pasé muy bien, me reí mucho y disfruté harto tanto la música como el canto.

No puedo decir si las interpretaciones fueron geniales o mediocres, mi oído no tiene tal finesa para diferenciar, pero lo que sí afirmo es que me gustó, sin más adjetivos, suficiente para buscar más funciones.

El inicio de junio

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Los festejos del cumpleaños de junio dieron inicio la tarde del viernes con una fiesta sorpresa organizada por la familia de la primer cumpleañera del mes. Salida tempranera de la oficina (siempre apreciada), escala por chelas y espera de la llegada de la festejada.

Rondaron unas chelas al tiempo que los festejantes nos íbamos acumulando. Cuando llegó ella estábamos todos los que habíamos de ser, ella se mostró sorprendida, aunque me parece que algo sospechaba.

Llegó el trío de músicos con un heredero de Pedro Vargas (no cantaba así, pero era idéntico) y la festejada lo disfrutó bastante. El alcohol corrió con generosidad y las botanas fueron exquisitas. La noche parecía que habría de llegar a un pronto final, pues el cansancio era evidente.

Salí y llegué a una "fiesta" con la actriz y su amigo. La oferta de posibilidades era por demás limitada; la música era ensordecedora y aturdía (tanto por volumen como por calidad); había muy poca lucidez en el ambiente. Tengo que aprender a decir "NO, gracias" ante invitaciones similares.

La actriz me cae muy bien, es muy divertida y me río mucho con ella, pero esas fiestas no van conmigo... quizá sea porque hay demasiada "alegría" que no logro comprender; probablemente, dirá algún crítico, la edad me ha vencido... afirmación que refutaría inmediatamente argumentando que en ningún momento de mi vida he sido adepto de la música "de moda" ni "para bailar".

Ayer las cosas escalaron. Comenzó la noche con un viaje, en el que pensé que mi pasaporte sería demandado (en el condado de Ciudad Satélite), a una reunión de cumpleaños con Ben.

Había cerca de veinticinco personas, sentadas en un espacio rectangular que simulaba una sala cuyos sillones estaban cubiertos de plástico, rodeados de un ciento de figuras de Buda ordenadas por tamaño. Había un mesero que pronto nos sirvió un trago, pero demoró lo que parecieron vidas enteras en rellenar los vasos.

Dos cantantes de ópera comenzaron una "espontánea" sesión de arias. Prodigiosas voces lucharon pieza a pieza por complacer a la concurrencia, hasta que decidieron terminar con un dueto que puso fin a la (inútil) contienda, cuyo mayor inconveniente fue la prohibición de disfrutar un tabaco... sí, a las divas operíticas les molesta particularmente el cigarro... a mí me revienta que me impidan fumar.

El regreso del norte no parecía cómodo, así que emprendimos la vuelta tempranera, buscando un lugar donde saciar la necesidad de más alcohol y donde permitieran echar humo. El after hours fue una opción después de que fuimos alcanzados por el paso del tiempo y las barras cerraban.

Una chela en uno, después una en el vecino, luego otra en el primero y la hora en que cerraba el estacionamiento llegó, no así la saciedad. El Pedro se antojaba lejos, más que nada porque habíamos ido a Satélite.

Por supuesto, la necesidad etílica superó cualquier pereza y decidimos seguir adelante. Coke llegó justo después de nosotros con sus cuates y las cervezas y rones venían y se iban con la misma prontitud. La música (y, por supuesto, el alcohol) comenzó a generar ritmo y hubo baile.

Cuando el agotamiento finalmente fue suficiente, descendimos del lugar. Llevé a Ben a su casa, en su auto nuevo, y me marché, ya con luz de día, a la mía.

Un domingo más que me encuentro agotado, hecho mierda, destruído. Pero me emociona la tarde, espero no rendirme antes de tiempo.

Cine: Poseidon

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Cuando la oferta en la cartelera es tan limitada, inevitablemente cae uno en alguna gringadera (gringada y chingadera), eso me pasó ayer cuando decidí ir a ver Poseidon (Wolfgang Petersen, 2006).

Un remake de la versión de 1972 (The Poseidon Adventure, de Ronald Neame), lo que la hace más predecible de lo normal, es un deleite para quienes gustan del cine que hace Petersen, lleno de "emociones", historias "lindas" y actos "heroicos".

Petersen se hizo un director de renombre (para gringaderas, por supuesto) con Air Force One (1997), para después hacer The Perfect Storm (2000) y Troy (2004). La primera la vi en algún día de hueva inmensa en la TV y me dejó sin ánimo de ver más.

Poseidon no aporta un carajo, es incluso aburrida y, salvo por un par de momentos en que la muerte le llega a algunos, puedo afirmar que es la peor película que he visto en el año.

Sólo para justificarme, puedo decir que el motivo por el que decidí entrar a esa sala es que era IMAX. ¿Y eso qué? Bueno, aprendí la lección.

Diálogo somero

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-En verdad no te entiendo.
-¿Qué es tan incomprensible?
-¿Por qué me odias tanto? Si fui yo quien te salvó la vida
-¡He ahí la razón de mi desprecio!

Paráfrasis

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Resulta interesante sentir que uno lleva vidas paralelas con ocasionales intersecciones. Sin embargo, es inevitable que al final de los caminos se habrá de llegar al mismo sitio...
cadaveribus absurdum furentium miserabundis polyandrien

O, en la lengua de Castilla, al cementerio de los cuerpos miserables que por causa del absurdo cayeron en la locura.

Pedro Infante no ha muerto

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El viernes terminé una oscilante semana laboral, excesivamente relajada por momentos y demasiado cargada de pendientes por otros, mismos que con sorprendente eficiencia libré uno a uno.

Cuando el reloj marcó las seis, me restaba una escala previa al inicio formal del fin de semana: un lugar en el cual comprar cervezas frías. De camino a casa de la actriz di con él y adquirí las provisiones "necesarias" para pasar el resto de la tarde.

Tras unas horas de chelas me sentía suficientemente alterado. Hacia media noche estábamos sólo la anfitriona, yo y dos amigas suyas. La primera y una de las segundas se marcharon y me quedé hablando y bebiendo con la restante. Hicimos una ligera apuesta que gané con terminar mi trago antes que ella el suyo y nos marchamos de ahí.

Por supuesto no creo que Elvis Presley o que Pedro Infante sigan con vida, pero por algún incomprensible motivo nombraron al bar en el que caímos "Pedro Infante no ha muerto".

La única maravilla que encuentro del local es que vende tragos después de que el grueso de las barras ha cerrado. Nada más. Es un lugar chico, con demasiadas mesas y aun más gente y, por si esto no fuera suficiente, es un recinto de karaoke.

Yo seguí con las cervezas y ella cambió al tequila, con el cual terminé acompañándola hasta que sentí que había bebido, cosa rara, suficiente. La llevé a su casa y después me llevé, como pude, a la mía.

La mañana del sábado me fue desconocida. Desperté hasta el momento en que comenzó un aburridísimo juego de fútbol. Prendí un cigarro que apagué tras dos fumadas. Si durante la madrugada sentí que había ya poca sangre en el torrente etílico, fue hasta ese tabaco que me di cuenta que había fumado demasiado.

Cuando Ben llamó, estaba más dispuesto que entusiasmado para salir anoche. Tras ir por él fuimos por boa y tomamos rumbo hacia algún bar, era tarde y estábamos bastante sedientos. Comenzamos a rondar la zona y nuestra primer opción desbordaba gente que esperaba turno para entrar, el bar de siempre tampoco tenía cabida para nosotros, así que llegamos al sitio tranquilo que en ocasiones nos recibe.

En el momento en que nos dieron la cuenta había cerrado ya la barra. Ella quizo dormir y la dejamos en su casa, nosotros queríamos "una, con opción a dos" chelas más. Estaba cansado, pero la sed pudo más y fuimos al "Pedro".

Al llegar, el Pity estaba ahí y bebimos con él durante un rato (y no sé cuántas cervezas) y terminó por despedirse. Ben y yo nos quedamos un rato más, estaba ya muy cansado y poco hambriento, pero igual salimos y cenamos más por disciplina y necesidad que por ánimo de alimentos.

Lo llevé a su casa y, sin tener idea de la hora que era, me arrastré a mi cama. Lo último que escuché fue el trinar de algún pájaro que anunciaba el pronto amanecer.

A diferencia del anterior, el despertar de hoy no estuvo precedido de suficientes horas de sueño, así que todo el día he estado adormilado, sin hambre y con un hastío de tabaco que hacía mucho no padecía.

No ha sido un buen día, estoy hecho mierda y me pesa de más la depresión dominical.

Mala noche de trova

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Comenzó esta semana el martes con el garito adelantado, no había demasiado ánimo para beber con fuerza, pero igual cumplí la cuota y perdí muy poca plata, menos de un dólar. Independientemente del juego la pasé muy bien, disfruto la compañía de mis compañeros de juego y es harto divertido platicar con ellos.

El miércoles pasé unas horas con la poeta, salí algo tarde de la oficina y pasé por ella. Llegamos a un cafe y me eché un par de macchiatos, muuuuy buenos. Salimos del local y comenzamos a caminar, mientras pensábamos qué hacer sugerí un par de cervezas y entramos a un bar, sólo para echarnos la insuficiente cantidad de las dos insinuadas.

El lugar no me gustó, estaba bien al principio como para una velada serena y música de fondo a volumen agradable, pero comenzó a tocar un imbécil con una voz lamentable y tanto su guitarra como la errática voz gemían música de trovadores, motivo también para huir más temprano de lo que habría querido.

Extraña noche con ella. Por momentos me siento muy cómodo a su lado, pero por otros la encuentro demasiado paranoide en mi presencia y la plácida sensación se altera y transforma hacia cuidar mis palabras y su tono, sólo para no perturbarla (más de lo que suele estar).

Además, la sensación de ir por tragos con alguien que se niega a beber con entusiasmo me da la sensación de que no le soy una persona particularmente confiable y rehusa beber para no perder el control.

Sí, ni modo. Imagino que no soy un buen tipo y, quizá, si estuviese en su lugar tampoco confiaría en mí.

Recuento de daños

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Cada tanto es conveniente realizar uno y, en esta ocasión, el recuento va de los estragos que dejó el fin de semana, mismo que inició desde el jueves.

La cada vez más clásica noche de garito dejó resultados encontrados: pérdidas en cuanto a lana y media botella de tequila (para beber) acompañada de una buena cantidad de cervezas (para hidratar) en mi interior lograron un muy decente estado de alteración. La mañana del viernes me sentía heróico, pues sólo pasé por un pesado cansancio durante las horas laborales.

Había quedado de ver a la actriz la noche del viernes, así que llamé para averiguar si había necesidad de pasar a comprar provisiones y, cuando me contestó, me dijo que había sufrido una esguince en una pierna, así que me lancé a su casa antes de la hora prevista.

Estaba ahí un cuate de ella y amigas suyas fueron llegando, entre ellas Jezabel, quien me cae bastante bien por lo incisiva que puede ser al vertir algo de ácido con sus comentarios. Las amigas me cayeron bien, una de ellas atractivona y la otra simpática. La actriz logró pasar la velada sin demasiadas molestias en la pierna, imagino que las cervezas que ingirió ayudaron.

Jezabel partió pronto y el resto nos quedamos un rato más a beber y jugar (sí, es ya un vicio declarado), hasta que nuestra anfitriona se declaró incapaz de seguir por el cansancio y algunas molestias. Una de las amigas sugirió ir a una reunión, como el alcohol no había logrado el efecto deseado accedí a ir.

Estaba ya cansado y aun así fui. Era una reunión sin mucho sentido, cinco hombres, tres mujeres y bastante alcohol. La música era lamentable y me dediqué a criticarla y beber. Sin más por hacer cuando la botella de vodka quedó vacía, tomé camino a casa.

Tras dormir pocas horas, me levanté y no pude dormir más en todo el día. Quedé con Ben de ir a la fiesta de cumpleaños de una de sus amigas rabiosas. No estaba particularmente animado el festejo, pero había muchas chelas y suficiente alcohol para aguantar la noche fría hasta cerca del amanecer.

Las rabiosas tienen la constante propensión al flirteo, pero nunca se animan a más. Con esto en mente, suponía, sólo para confirmar horas después, que sería una típica noche entre ellas.

Se está terminando el lunes y el cansancio no cede... yo tampoco lo hago ante el sueño. Los daños no son graves, pero mantener este ritmo no ha sido fácil. Ita no podrá recibirnos en casa este jueves, pero como el ritual se ha convertido en parte fundamental de nuestras existencia laboral, la convocatoria se movió para mañana.

Seguiré con los daños, no hay duda, retaré a mi propio cuerpo y espero que éste no me traicione cediendo ante algo como el dolor de espalda o peor. Espero que la mañana del miércoles refleje sólo cansancio, pues habrá tiempo de dormir cuando muera.

Ferias para el infelizaje

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Dentro de las subespecies humanas claramente clasificables, el infelizaje es una de las menos evolucionadas aunque, debido a su parasitario comportamiento, increiblemente adaptable a su entorno.

Su lógica es muy simple, siempre que pueden tomar provecho y el esfuerzo a cambio del primero es mínimo (o nulo), lo hacen, se empujan, avientan y muerden por conseguirlo... Claro, es contradictorio con lo anterior, pero sólo refuerza el nombre se estos pseudo-seres: nada puede hacerlos felices, salvo el tomar algo que (creen que) por derecho les pertenece y, particularmente, quitárselo a quienes (según ellos), a pesar de tener condiciones similares (idénticas), no lo merecen.

Imagino esta escena como el más claro ejemplo. Un lugar en el que se reunen estas personas está ofreciendo panfletos, libros (aunque esta banda es subletrada en su mayoría), bolígrafos, lápices y cualquier objeto regalable... Los personajes hacen filas en los distintos lugares en los que se ofrecen estos productos sin saber qué es lo que pueden obtener al final de la línea.

Nada más les importa, su mundo se limita, como el de una bestia de carga, a lo que los parches sobrepuestos permiten a sus ojos ver. El punto es llegar al mostrador, esbozar una sonrisa y mendigar por una pluma (creen que con esto obtendrán cosas con mayor facilidad), misma que tendrán SIN la estúpida y fingida mueca. Claro, estos eventos están siempre repletos.

Este día les sufrí. Me aventaron al otro lado del mostrador, sacándome de la tranquilidad que presenta mi escritorio estos días.

En mi sitio, había bolígrafos, plumas, separadores de libros, llaveros y panfletos. Todo fue devorado por la plaga al instante. Todo, olvidé mencionar el objeto adicional, excepto los libros. Dispuse seis libros, empastados en piel, con papel de gran calidad y bellísimas fotografías sobre el mostrador.

Dos personas mostraron genuino interés y se llevaron un ejemplar cada uno. Dos más aseguraron haber colaborado para la empresa en otros tiempos y pidieron una copia, misma que obtuvieron. Los otros dos volúmenes regresaron. Nadie volvió a preguntar por ellos, sólo querían llevarse utensilios de uso "práctico", objetos para repartir entre su prole.

Fue terrible este día, pero a la vez sorprendente que esta gente mantenga y reproduzca estos hábitos a través de generaciones enteras. No, no es una cuestión de condiciones socioeconómicas o de clase. Estoy convencido, a falta de detalles científicos, que el problema es cultural. La simplicidad cerebral del muerto-de-hambre es así.

No, por supuesto que no es gente que encuentre problemas para hacerse de alimento, pero actúan ante objetos como si al conseguirlos aseguraran la supervivencia de cada individuo, su camada, la manada y su especie entera.

Cine: Slither

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Nada como una buena mezcla de vísceras y materia gris con humor. Éste es fundamental para una película gore y James Gunn logró escribir y dirigir una película sobre "Criaturas Rastreras" (Slither, 2006) con divertidos momentos.

Gunn ha hecho y escrito algunas películas y no he visto otra cosa que haya dirigido, pero sí vi el remake de Dawn of the Dead (Zack Snyder, EUA, 2004), para el cual escribió un guión, sobre uno brillante de George A. Romero de 1978.

Un meteorito cae en un pueblo sureño de gringolandia. Al aterrizar, se abren los restos por la mitad y se alcanza a ver una masa rojiza, la cual se convierte en un capullo y, algunas escenas más tarde, lanza un "dardo" a un güey, que comienza poco después a buscar carne desesperadamente.

Tras fecundar una mujer a través de un par de tripas, ésta se vuelve un útero gigantesco, (maravillosamente) repugnante, y de ahí salen una especie de sanguijuelas que entran por la boca de la gente y las convierten en... ZOMBIES!!!!

No es, por mucho, el mejor gore que haya visto pero, aunque le faltan mujeres en pelotas, tiene suficientes elementos que la hacen visible y divertida. Un par de cráneos volados por armas, tripas colgando de cuerpos recién ejecutados, un ex-humano mutando hacia una plasta de carne, que me recordó a Akira (Katsuhiro Otomo, Japón, 1988) y una buena escena de un brazo siendo devorado son muy chidos momentos.

Será bueno comprarla. En caso de que el lector no haya visto peli gore alguna, me parece recomendable como sesión introductoria.

Insomniac

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La comida de ayer estuvo bien. Mucha carne (sólo comestible, lamentablemente) y me di un atascón de ella. Sus amigos no estuvieron tan mal, uno de ellos me cayó bastante bien, aunque nada más de ella resultó memorable.

La noche comenzó normal, estaba tratando de resolver el problema de mi PDA en la PC de la casa (jaja... son tan pocos acrónimos que pueden manejarse cómodamente, que esta línea me pareció muy cagada), cuando se fue la luz.

Ante tal perspectiva, sólo quedaba intentar dormir y lo logré con cierta facilidad, cerca de las 23:30. Alrededor de la 1:00, la energía volvió y no había apagado los interruptores, así que la luz me despertó inmediatamente.

Apagué todo lo encendido y volví a la cama, pero no logré dormirme antes de las 4:00, o quizá más tarde. En total, calculo que dormí como cuatro horas, mismas que este día han resultado ser absolutamente insuficientes, por lo que todo el día me he sentido semi inconsciente.

Existe algún mito (en parte, al menos) en torno a la capacidad cerebral para llegar a conclusiones mientras se duerme, anoche la cabeza me dio vueltas y me impidió dormir... espero que el desvelo haya tenido sentido para algo y alguna de esas vueltas haya dejado una tangente sobre la cual andar.

De vuelta en la pista

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La noche del jueves en la nueva casa de Ita fue rara, seguía con el medicamento fresco, así que no entró alcohol alguno en mi sistema... en cuanto al juego, quedé "empatado"... ni perdí ni gané, pero me la pasé divertido y me gustó mucho la nueva casa de la anfitriona.

El viernes fui con la actriz a cenar, un sushi buenazo, para después ir por unas chelas al bar de siempre y de ahí al bar minimalón al que hacía mucho no iba. La pasé chido con ella, es una mujer divertida y espero que, si ella y Ben se dejan, habré de presentarlos y se caigan bien.

Anoche vi a este último y estuvo bastante intenso, primero las rigurosas chelas en el bar de siempre, de ahí a otro donde estaban las rabiosas (no, no las nombré así yo, ellas se autodenominaron de esa forma), son la ex-cuñada de Ben y su banda... no estaba particularmente divertido y los mojitos eran bastante mediocres, así que el Milán se vino como la opción más natural para superar ese mal sabor de boca.

¿De cena? Unos hor-docks afuera del bar, "sin lo amarillo ni lo rojo" para él, sin cebolla para mí. Las cenas con Ben suelen ser divertidas, al menos en la forma en la que pide las cosas.

Esta mañana desperté muy entero, para mi sorpresa. En un rato me voy a casa de Eleanor a una comida a la que fui convocado. Habrá que ver cómo se pone, no tengo idea de cómo sea convivir con sus cuates,

Desconcierto de a madres

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En México, este día se celebra el Día de las Madres y, aunque no es una fecha por la que haga yo alharaca (igual que con el 14 de febrero y ese tipo de fiestas), en este país tan edípico es, sólo para poner un dato curioso, el mejor día para la "industria" restaurantera.

Mi familia, en su "moderado" (Ja!) tradicionalismo, suele festejarlo con una gran comilona, en la que se reunen los hermanos de mi madre en casa de la abuela y, poco a poco, van llegando mis tíos y primos para el festejo.

Este año no fue la excepción y las cosas tomaron su natural cauce para reunir a la famiglia, hablar de los viejos tiempos, brindar por los ausentes y discutir política entre sordos.

El highlight del día lo recibí cuando me despedía de todos. Mi madre me dio las típicas recomendaciones maternales ("vete con cuidado" y "cuídate porque puede haber muchos borrachos" son las que ahora recuerdo), me dice que la invitaron a cenar (supuse que hoy, pero ahora sé que será en algunos días).

"¿Quién?", pregunté. "(Inserte aquí su nombre)", la madre de mi ex, contestó...

Claro, mi rostro, impertérrito como suele pintarse ante esas noticias, no dio pie a pensar absolutamente nada, pero el desconcierto me invadió en cuanto salí de casa de la abuela.

¿Pa' qué chingados? Mi cabeza comenzó a girar y, dopado como sigo por el medicamento, sin una sola gota de alcohol en mi sistema y harto de mi dolor, lo primero que se me ocurrió es que querrá, alguna de ellas, hablar del rompimiento entre sus hijos.

Sí, es paranoia, lo sé. Pero creo que no se han hablado en todo el año y, de pronto, hoy una madre llama a la otra y la invita a cenar.

No me molesta, sólo me desconcierta. Nada de lo que puedan hablar podría modificar mi decisión de no volver con mi ex, pero no dejo de pensar que hablarán del tema... En diez días, imagino, tendré noticias de lo que para entonces habrá sucedido.

Vademecum

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Raras veces tomo medicinas más allá de un par de aspirinas para aliviar un resfrío, una desvelada o una resaca tras alguna muy ruda noche. Mi espalda ha seguido reventándome, así que llamé a una doctora para que sugiriera algo y su consejo fue Naxodol.

En general rehuso tomar medicinas más rudas porque confío en la capacidad de mi organismo para deshacerse de los males, además de que los antibióticos interfieren con el alcohol, lo que los hace dignos de herejía.

Según el Diccionario de Especialidades Médicas (conocido también como Vademecum), este medicamento es bastante fuerte pues, además de que previene del riesgo de generar dependencia, sugiere que los pacientes que lo ingerimos no debemos "
manejar vehículos de motor, operar maquinaria especializada o ejercer cualquier actividad que requiera un alto grado de concentración".

Mi empleo actual requiere sólo por momentos "alto grado de concentración", pero como me tengo en alta estima, decidí declararme en incapacidad para desempeñarlo, por lo que no habré de volver a la oficina esta tarde.

Sí, me siento medio apendejado, creo que fue sano no llevar mi auto hoy al trabajo, porque me está costando trabajo mantenerme despierto y concentrado y, francamente, si tengo la opción de no conducir en este estado, lo evitaré.

El dolor está disminuyendo, aunque no estoy convencido de haber mejorado sustancialmente, más bien creo que el efecto del analgésico es lo que me permite andar y podré estar seguro en unas horas, cuando el efecto pase.

Reencuentro progresivo

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Algo me han dejado estos días. Gracias a Eleanor Rigby he regresado a escuchar un gran grupo: Pink Floyd. Su complejidad armónica y la densidad de sus letras hacen para el escucha una tarea difícil y resulta un gran ejercicio de concentración poner antención a ambas cosas (música y letras) sin perder a alguna... Dejo en este espacio un mensaje esperanzador en ellos, la letra de Shine on you crazy diamond (sí, de las 9 partes).

Remember when you were young,
You shone like the sun.
Shine on you crazy diamond.
Now there's a look in your eyes,
Like black holes in the sky.
Shine on you crazy diamond.

You were caught on the crossfire
Of childhood and stardom,
Blown on the steel breeze.
Come on you target for faraway laughter,
Come on you stranger, you legend, you martyr, and shine!

You reached for the secret too soon,
You cried for the moon.
Shine on you crazy diamond.
Threatened by shadows at night,
And exposed in the light.
Shine on you crazy diamond.

Well you wore out your welcome
With random precision,
Rode on the steel breeze.
Come on you raver, you seer of visions,
Come on you painter, you piper, you prisoner, and shine!

Nobody knows where you are,
How near or how far.
Shine on you crazy diamond.
Pile on many more layers
And I'll be joining you there.
Shine on you crazy diamond.

And we'll bask in the shadow
Of yesterday's triumph,
And sail on the steel breeze.
Come on you boy child,
You winner and loser,
Come on you miner for truth and delusion, and shine!

¿que 20 años no es nada?

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Como la vida en general se compone de ciclos, en particular la de Sísifo y sus absurdos vaivenes, la negligencia con la que he tratado este espacio es poco casual.

A partir del post anterior, en el que me quejaba de la edad con la que me había tratado la resaca en el día del niño, la roca no cesó de girar en contra mía.

El lunes pasado se armó una comida en Cuernavaca con gente de la oficina. Marchó todo sin incidentes que reportar pues, como tenía que conducir en autopista, mi moderación con el alcohol salió a flote.

Volví temprano esa misma tarde con mis tres pasajeros, pues uno de ellos, Ita, tenía que volver para resolver el papeleo necesario para su nuevo hogar. Martes y miércoles sufrí un poco de gripe, pero nada lamentable.

Para el jueves, el resfrío comenzaba a ceder, pero para contrarrestarlo, mi espalda baja comenzó a joderme. Decidí ignorarla e ir a la noche de garito. Me fue bastante bien, gané algo de plata y la actriz ganó lo suficiente para saldar parte de la deuda que contrajo conmigo la semana anterior.

Al salir del antiguo casino (esta semana se inaugura el nuevo), hacía frío y la espalda empeoró. El viernes, al despertar, sentí molestias en la espalda y, al intentar levantarme, me di cuenta que el dolor era insoportable. No podía ni pinche moverme.

Llamé al quiropráctico y me dio cita. Fui tan pronto como pude y, después de un par de madrazos, pude caminar (con mucha menos elegancia de la que suelo hacerlo).

No había garantías hacia la tarde, así que cancelé una invitación que tenía para una fiesta nocturna. El sábado tampoco me sentí en condiciones y a Ben tuve que llamarlo para avisarle que no lo vería. Consuelo único: tarde muy lluviosa, con buena comida y una (patético, sólo UNA) chela frente a un ventanal que me dejó disfrutar (a medias) la intensa caída de agua.

Ayer mi espalda empeoró, no pude caminar por momentos. Hoy decidí llenarme de valor e ir a la oficina, pero el dolor no cesó y regresé a casa temprano, tras una ya indispensable escala en la farmacia para hacerme de un medicamento más potente, el cual amenaza con no dejarme levantar mañana por el sueño.

Los años no pasan, ¡pero cómo se van acumulando!

Día del niño 2006

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¡Se acabó la sequía! Volví a beber con Ben, primero en el bar de siempre, donde cayó boa, acompañada de su recién adquirida fama tras su brevísima aparición en la prensa nacional y pronto se marchó. Comenzaron las chelas y las dejamos por los rones hasta que nos cerraron la barra, así que el after hours apareció como la opción "natural".

Las chelas regresaron y la sed fue saciándose... pocas cosas que comentar de la noche, pero siempre es un placer alterar los sentidos al lado de los amigos, matando neuronas al compás del alcohol.

Es día del niño y la resaca está pesándome... ¿síntoma de que ya no lo soy tanto?

Cine: The Hills Have Eyes

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El francés Alexandre Aja dirigió, hace tres años, una decente película de terror sobre una chava que va a la casa de campo con una amiga suya y la familia de ésta (Haute Tension, 2003) y pintaba que tendría algo de futuro para mantenerse en el género.

El Despertar del Diablo (The Hills Have Eyes, 2006) aparentaba, en papel, ser una mejora, con bastante más presupuesto y un par de mujeres re guapas en el reparto (Vinessa Shaw y Emilie de Ravin).

Nada tiene que ver con la "homónima" (sólo en la traducción al español), dirigida por Sam Raimi (The Evil Dead, 1981), pero es un remake de una película de Wes Craven de 1977 (la cual no he visto).

Trata sobre una familia que festeja 25 años de matrimonio de los padres, quienes van acompañados de su hijo y sus dos hijas, el marido de la mayor y el bebé de éstos. Van en una camioneta que arrastra un camper y, tras detenerse a cargar gasolina, son convencidos de tomar un "atajo".

Una vez en él, sus llantas son destruidas y chocan. El padre sale a buscar ayuda y desaparece "misteriosamente"... la familia es vigilada y cazada por un grupo de ex mineros y su respectiva decendencia, los cuales se negaron a abandonar su pueblo durante las pruebas de armas nucleares de los años cuarentas, lo que derivó en deformidades y canibalismo de esos habitantes. El resto carece de inventiva, quizá la versión sin censura valga algo más que esta.

Nada espectacular, algo de gore (poco, pero de aceptable calidad), malísimas actuaciones y demasiada pretensión, parece un mal elogio al clásico The Beast of Yucca Flats (Coleman Francis, 1961).


Cine: Match Point

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En 1966, Woody Allen comenzó su carrera como director, filmando What's Up, Tiger Lily?, y desde entonces ha dirigido constantemente para sumar ya 40 películas.

Aunque en los últimos años su creatividad no ha sido la de antes, tiene varios filmes memorables, como Annie Hall (1977), Manhattan (1979), y Zelig (1983).

Fui a ver "La Provocación" (Match Point, 2005) y me dejó gratamente sorprendido, tras ver algunas de las últimas que había dirigido. Una historia con suficientemente buen sentido del humor, sobre un ex tenista irlandés que llega a dar clases a un club privado en Londres.

Un alumno suyo (hijo de un gran inversionista) lo invita a casa, donde la hermana se engancha con él, sólo para que él, poco tiempo después, caiga profundamente por la prometida del alumno (Scarlett Johannson, quien se ve muuuuy cachonda).

Una buena historia sobre pasión, engaño y suerte, con el sarcástico toque de Allen, el cual parecía perdido. Una película al año es productividad, pero no siempre puede mantenerse la calidad... Tiene un proyecto en puerta para estrenarse este año (Scoop), en la que Scarlett Johanson es una estudiante de periodismo y, tras lograr una gran historia, comienza un affair con un aristócrata, interpretado por Hugh Jackman.

Un genio italiano

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Nacido en Roma, Italia, en 1928, comenzó a musicalizar películas a los 32 años (Le Pillole di Ercole, Luciano Scalce, 1960) y, desde entonces, ha compuesto música para grandes películas y grandes directores.

Ennio Morriconne ha participado en películas de todo tipo, desde La Battaglia di Algeri (Gillo Pontecorvo, 1966) hasta Pedro Páramo (Carlos Velo, 1967) en tan solo un año, colaborando también en la musicalización de westerns como A Fistfull of Dollars (Per un pugno di dollari, 1964) y El Bueno, El Malo y El Feo (Il Buono, il brutto, il cattivo, 1966), ambas de Sergio Leone.

Dentro de las obras más espléndidas a las cuales ha contribuído, están también Saló (Saló o le 120 giornate di Sodoma, Pier Paolo Pasolini, 1975), Cinema Paradiso (1988) y The Legend of 1900 (La Leggenda del pianista sull'oceano, 1998), estas últimas de Giuseppe Tornatore; El Fantasma de la Ópera (Il Fantasma dell'opera, Dario Argento, 1998) y ambos volúmenes de Kill Bill (Quentin Tarantino, 2003 - 2004).

Con genialidad y sencillez, los acordes de sus piezas generan combinaciones magníficas para las imágenes que acompañan. Sencillas o complejas, las armonías son perfectamente audibles y combinables con lo visual, sin opacar ni perderse.

Tras ver una película en la que ha colaborado, uno piensa en hacerse del soundtrack (casi) inevitablemente, incluso antes de considerar en comprar el DVD.

La Farándula

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No, no voy a escribir de esa subcultura, sino de un barsucho al que acompañé a la actriz la noche de ayer.

Estábamos en una cantina fresa cercana al Parque Hundido, con dos de los acompañantes de la noche del viernes y dos parejas más. Tras algún tiempo y con banalidades en la conversación, la actriz sugirió mudarnos a un lugar distinto al que iban sus cuates, porque estaba invitada a al festejo de alguien en un bar por Mixcoac y, francamente, prefería seguir con ella, pues me cae bastante bien, a irme con sus cuates.

De camino al bar, me advirtió que el festejo sería en un lugar muy fresa, lleno de música repugnante para mí y que estaría una amiga suya a quien conocía ya (y me agrada), además de la madre de ésta, "y es playmate", advirtió.

Con los ánimos tolerantes que llevaba, seguí con ganas de ir... y agregó que estarían las amigas de la jefa, quienes también son "playmates".

Tenía razón en la descripción del bar, pero dejé pasar la música y estaba con ganas de pasarla bien, a pesar de todo. La experiencia fue por demás interesante.

Una a una, las mujeres con cuerpos desbordantes llegaron, todas arrastrando un accesorio para presumir a sus "amigas", por supuesto, me refiero al "galán" que cada una traía consigo.

La música subió de ritmo y los bolas comenzaron a moverse, al principio las de ellas con sus respectivas parejas y, después, entre ellas sin sus "accesorios". Había una cámara de televisión grabando, la cual fue "robada" por Lorena Herrera cuando hizo su triunfal entrada.

Uno ve a esta vieja en la TV y aparenta ser un ser desagradable de tanta cirugía. Tras verla en vivo, entendí porqué hay gente que asegura que "la tele engorda". Se veía bien, con mucho menos maquillaje del que suele usar... y sus implantes la hacían ver sólo como una mujer promedio entre tanta cirugía.

Finalmente, considero indispensable aclarar que el término "playmate" empleado por la actriz, fue todo un eufemismo...

Un viernes distinto

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De vez en cuando, Ben tiene compromisos que le impiden que nos veamos. Este viernes no tenía cosas que hacer, pero sí el sábado temprano, por lo que no pudo salir en la noche.

La actriz me invitó a su casa a echar unos tragos y decidí aceptar, me dijo que estarían ahí algunos cuates suyos. Llegué tempranón y estaban ahí tres chavos, dos de los cuales, según me enteré después, son pareja, y otro... todos actores y bastante divertidos.

Llevé unas chelas y empecé a ingerirlas una a una. Después llegaron un par de amigos de ella, un güey y una chava, y ambos se sumaron al grupo, platicando cualquier pendejada.

La noche pasó sin mayores contratiempos y fue muy extraño, para este sociópata en potencia, convivir en una reunión con casi puros desconocidos. Resultó interesante. Llamaron de nueva cuenta para que les cayera a una cantina fresa, imagino que quizá me daré una vuelta.

Cine: Good night, and good luck

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George Clooney dirige Buenas Noches y Buena Suerte (Good Night, and Good Luck, 2005) increíblemente bien. Como actor me parece bastante mediocre, con papeles poco demandantes (incluso en su propia película), pero como escritor y director me dejó gratamente soprendido.

La peli trata sobre el conductor de un programa televisivo en los cincuentas en Estados Unidos, en el cual el conductor es un fuerte defensor de los derechos civiles y critica duramente a un Senador (republicano, por supuesto) que encabeza una comisión legislativa para perseguir a los "comunistas" que siempre han "atentado" contra el american way of life.

No pude dejar de comparar esa época de persecución por motivos ideológicos, o de infundir miedo (para mayor precisión) con el momento que han estado viviendo los gringos en su "lucha contra el terror"... Cincuenta años en esa sociedad han hecho muy poco, nomás nada aprenden y lo único que cambia es el rostro del enemigo, pero los argumentos y métodos han variado tan poco.

Un guión bien llevado, con actuaciones suficientemente sólidas y verosímiles, acompañado de un gran soundtrack, es un filme sumamente recomendable... creo que es un DVD que habré de comprar.

Propuestas...

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Hace poco tiempo recibí, en el lapso de tres días, dos propuestas de personas distintas. Helas aquí...

La primera se resume de la siguiente manera: cuando cumplamos 35 años, si estamos solteros (ya sé, suena a comedia romántica gringa), quiere que sea yo su back-up plan (plan de respaldo sería la mejor traducción). Ella quiere reproducirse y la idea es que entonces nos casemos y tengamos hijos, al menos una hija... hasta está dispuesta a que yo decida el nombre! Imagino su desesperación para llegar a este punto, jaja.

La otra salió de una mujer con quien ocasionalmente intercambio malos humores y quejas de las relaciones en las que mutuamente nos envolvemos. Últimamente las quejas de ambos han ido en ascenso, por lo que me propuso que tendríamos ya que "dejarnos de pendejadas" y hacernos "novios"...

¿Qué pasa con ellas? No tengo idea, francamente... y lo peor es que estas propuestas no vienen de mujeres a las que les aceptaría ni una ni otra... Nomás hay demasiada (si es posible que me tome esta licencia) historia detrás de ambas.

Recuento de nada

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Los días de descanso son espléndidos. No hay mejor manera de pasar una semana laboral que cuando ésta dura sólo tres días como fue la que, lamentablemente, termina esta noche.

El jueves comí con boa en un restaurante argentino en la Condesa. Nada espectacular la comida, pero las chelas fluyeron con algo de generosidad, la plática estuvo ligerona y la llevé a su casa.

Viernes de alcoholes con Ben y boa, en el segundo piso, la música estuvo malona al principio, pero después, ya con chelas suficientes, mejoró bastante y estuvimos bailando un rato, cosa rara en mí (con mis dos pies izquierdos). Salimos de ahí y nos lanzamos a cenar. La noche pasó sin mayores incidentes, dosis generosa de alcohol, pero nada memorable.

El sábado tenía pensado quedarme en casa, pero llamó Cox, quien andaba de viaje y pensé que no vería estos días. Ya contaré de ella en otro momento. Quedamos de vernos en el BH, comencé con chelas y me mudé al ron poco después.

Como sigo sin mi auto y tengo uno prestado, tenía que devolverlo tempranón, así que le eché ganas a beber un poco más rápido y logré sentirme algo afectado... lo suficiente para intentar besarla y no puso resistencia alguna, así que intercambiamos saliva durante un rato, pero no había condiciones para ir mucho más allá.

Las cosas han estado demasiado calmadas, habrá que ver cómo empieza la próxima semana... espero que genere algo interesante.

Cine: Capote

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Capote (2005) narra la historia en torno a la época en que el escritor Truman Capote escribió A Sangre Fría.

Sin mucha fuerza técnica ni espectaculares tomas, centrada en el gran guión con que cuenta y una actuación maravillosa de Philip Seymour Hoffman (que le valió el Oscar al mejor actor), Capote realmente valió la pena.

Por poco la pierdo, estoy seguro que la quitarán para la próxima semana y, después de haberla visto, me habría arrepentido de haberla visto.

Además, tiene un gran sentido del humor, filme por demás recomendable.

Cine: Inside Man

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Spike Lee dista mucho del tipo de director cuyo cine disfruto, pero por motivos absolutamente de tiempo, por la hora a la que empezaba, entré a ver El Plan Perfecto (Inside Man, 2006).

Un thriller sencillo, con una someramente elaborada trama, trata sobre el asalto a un banco con un plan perfectamente elaborado, cuidando todos los detalles para lograr que el grupo de cuatro asaltantes tomen rehenes suficientes, vacíen una caja de seguridad y logren burlar a la policía.

Predecible y con actuaciones llanas, derivadas de un guión poco demandante, es una película medio interesante, simplemente entretenida y que exige poco al espectador... como suelen ser las películas de Lee, aunque esta es un tanto rescatable, sin más.

El humor, un orgullo nacional

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Colombia raras veces (si es que alguna) se ha distinguido por su buen gusto, quizá uno de los misántropos más prolíficos es la excepción (por supuesto, me refiero a Fernando Vallejo), Bety la fea es un clarísimo ejemplo del pésimo gusto colombiano... pero México no se queda atrás en lo lamentable de la programación que la televisión nacional produce y transmite.

Comenzando por el más imbécil de los comediantes mexicanos, Gómez Bolaños (chespirito), pasando por Gaspar Henaine (capulina) y llegando a lo que se estaba realizando hasta hace unos días en cualquiera de las televisoras del cuasi duopólico mercado, la comedia mexicana es lamentable.

Uno de los noticieros más reconocidos en el país, el que pasa en el "canal de las estrellas", tuvo esta noche a los personajes del remake de Bety la fea que, con gran sentido de creatividad, llamaron los brillantes ejecutivos la fea más bella.

¿Qué sentido tiene dedicarle unos minutos en el noticiero a dos personajes de la lamentable serie televisiva? Reforzar el pésimo gusto de los mexicanos, no puede haber otra explicación.

Desconozco la cifra exacta, pero estoy seguro que una buena parte del ignorante electorado mexicano (este calificativo sí lo puedo sustentar) se informa de lo que sucede en la política mexicana a través de una "sátira" televisiva, transmitida semanalmente con el "resumen" de lo que sucedió en los últimos siete días, me refiero al privilegio de mandar, una oda a la imbecilidad, patético sentido del humor y las insufribles risas grabadas, sin importar la intensidad (que creo que ve de mala a excesivamente mala) de las bromas.

Sólo recuerdo un cómico mexicano que habrá de ser recordado con justa razón: Germán Valdés, Tin Tan. El último (y único) comediante que hizo reir con chispa, buen gusto, finura y gran capacidad de innovación.

¡Viva Tin Tan!

Descanso (pre) Dominical

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Y bien merecido que lo tengo.

El lunes, una pendeja que trabaja en la dirección se jodió y le dieron incapacidad (que no quiere decir que fuese particularmente capaz antes del golpe que se dio) por una semana, lo que implicó que me tuve que hacer cargo, además de mis propios pendientes, de los suyos, que no fueron pocos.

Martes y miércoles sufrí a seis mujeres en reuniones de 9:00 a 21:00 sin parar en una reunión en la que éramos siete personas... ¡Qué experiencia tan desagradable! Había olvidado lo que era tratar con tantas durante tanto tiempo sin parar, no lo hacía desde el partido de hace tres años.

Aún así, con lo agotado que estaba, el martes vi a Chano, en una reunión para analizar estadísticas electorales en casa de Gegé, un güey cagadón, putísimo, pero buen tipo, nomás pidió que nos reuniéramos y creo que no entendió nada, aunque no me sentí sorprendido por ello.

El jueves otra vez en la oficina hasta pasadas las 20:00, luchando contra la incompetencia y huevonería burocrática que impera en la lógica gubernamental mexicana... y todo por culpa de la pendeja del golpe. Por la noche, merecidísimas chelas y noche de garito (sí, ya sé que dije que no adoptaría el vicio, pero no lo pude evitar... además de que gané plata) en casa de Ita.

Anoche, como era indispensable, rigurosas cervezas frías con Ben. Hacían falta, pero nomás el cansancio me venció y él andaba en las mismas, así que fueron pocas y terminamos la salida temprano, con los tacos nocturnos y llevándolo a su casa mucho antes de la hora "normal".

Hoy estuvo todo tranquilo, fui al hospital porque el imbécil del Pity, mi primo, reventó su auto (pérdida total) en un árbol en la madrugada. No le pasó nada grave, pero está re puteado y lleno de moretones. Habrá de estar internado un par de días, básicamente porque el idiota no tenía puesto el cinturón de seguridad.

Estuve un rato con Eleanor, me dio gusto verla, a pesar de las múltiples advertencias de Luda (a quien aprovecho para dedicarle cualquier cita de Sabina, jaja), y regresé al hospital. Mañana a ver qué tal pinta el día, sólo tengo planeado ir a la cancha del odiado rival.

Necesito descansar, tengo sueño... los años cayeron durísimo esta semana.

Siete Crisantemos

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...se me ha olvidado el lugar de donde vengo
y puede que no exista el sitio a donde voy.
Joaquín Sabina

Como siempre, Sabina tiene líneas para describir cualquier estado de ánimo. Hacia finales de la semana pasada, Princesa definía muy bien la situación (¿con qué ley condenarte si somos juez y parte todos de tus andanzas?), pero Siete Crisantemos, en la cual se incluye el epígrafe de este post, es perfecta para esta noche, además de que, con éste, suman diez veces siete mis entradas al Mito de Sísifo.

El viernes salí con Ben a beber, y cayeron Sandro y mi ex. ¿Por qué? No tengo idea. "Para que me felicites", dijo ella, pero no le creo. Mañana es su cumpleaños, pero no le llamaré.

La noche siguió del bar de siempre hacia el after hours, donde perdí (hábilmente, por cierto) mi móvil. Sin mayores incidentes en compañía de los tragos, llevé a Ben a su casa, nos quedamos hablando de nuestras depresiones y decepciones y, finalmente, tomé camino a casa.

Con mayor habilidad que en el tema del celular, se me cerró un auto con cuatro imbéciles que me hizo perder el control del mío y le jodí parte de la suspensión delantera, lo que implica que estaré sin vehículo (a menos de que consiga otro en préstamo) unas tres semanas, o quizá más.

Ayer no me moví de la cama. Pasé todo el día en ella, tratando de pensar en nada y pensando en todo. Hoy luché contra todo pronóstico y logré salir a la cancha, donde por fin ganó el equipo.

Sísifo ya no sabe en qué punto de la colina está, pero se encuentra convencido de que la pinche piedra pesa un chingo y que parece que está acelerándose en contra suya.

Habrá que esperar, no queda de otra, a que la calma regrese, a que el bajoneo disminuya... a que la piedra empiece a rodar por mí y no tras de mí.

Concluyo con más de esta pieza del Sabina...

Lo bueno de los años es que curan heridas
lo malo de los besos es que crean adicción...

20 ó 30 kilos después

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Por cuestiones de azar, hace un par de meses me topé, cerca de la oficina, al Fer, un tipo que conocí desde el primer año de la primaria y con quien conviví desde los cinco hasta los catorce años en la escuela. Éramos un grupo de cuatro, complementados por el Chino y Vourdalak.

Cuando salimos de la escuela secundaria, cada uno tomó caminos separados y nos dejamos de frecuentar.

Ayer recibí una llamada de Fer, para convocarme a comer con él y el Chino en un lugar cercano a mi empleo. Somos de la misma edad (algunos meses de diferencia, si acaso). Vourdalak está perdido, haciendo, por lo último que supe, eventos de música gótica.

Fer se casa en un par de meses y el Chino está trabajando en alguna aseguradora, soltero pero ya estuvo comprometido, ahora está unos veinte o treinta kilos más pesado... quizá hayan pasado ocho años desde que nos vimos por última vez.

Los años no pasan por uno, se le van quedando acumulados y pesan bastante.

Noche de garito

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Creo que Sísifo tiene suficientes vicios en este momento como para hacerse de uno adicional. Como se ha estado haciendo costumbre, una vez a la semana, la casa de Ita ha sido recinto de alcoholes, siempre entre semana, y desvelos previos a días laborales.

En esta ocasión su casa se tornó en un garito y temí por adoptar un vicio nuevo: el juego y las correspondientes apuestas. Gané un poco y perdí otro tanto, pero me he dado cuenta que no puedo adoptar un vicio más. Con los que tengo me bastan, particularmente porque no puedo pagarme el del juego.

Arrepentimientos y disculpas

1

Ella se arrepintió ya de las pendejadas y ofreció disculpas. Claro, un tanto tirada al daño y jugando el papel de víctima. Sin embargo, creo que es indispensable transcribir lo que alguna vez ella le escribió: La palabra que sueltas es tu amo; de la que guardas eres esclavo.

Me parece que el punto de no regreso pasó ya y, a pesar de tres años de estar juntos, es prácticamente imposible que vuelvan a estar juntos; e improbable que puedan llevarse pronto.

En palabras de uno de los "genios" (si no es que el mayor de ellos) del siglo pasado "time will tell, sooner or later time will tell".

SMS nocturos

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Ellos terminaron hace unos cuatro meses y diciembre fue infernalmente deprimente, este año se vieron a principios del mes pasado y sólo han hablado algunas (quizá seis) veces y el tono ha sido limitado a la cordialidad. Una noche, que bien pudo haber sido la de ayer, después del limitadísimo contacto, ella comenzó una conversación de mensajes de texto desde fuera de la capital…

Ella: Salud!
Él: Gracias, igualmente
Ella: Cómo ves, nos echamos otra?
Él: Aguanta, que yo apenas voy a por la primera… Qué onda?
Ella: Jajaja. Bueno… te espero
Él: Ja! Dónde, cuándo… por qué?
Ella: Empecé temprano porque mañana tengo que trabajar. Estoy en (algún lugar) y quiero brindar contigo.
Él: Sabia Decisión. En algún momento habrá tiempo de brindar
Ella: Este es el momento de brindar. No hay mañana que valga.
Ella: Uy, que fresa… igual, salud
Él: Ya sabes cuán mal me pongo con los alcoholes, salud.
Ella: Y?
Él: No me quejo, no hay borrachera que no disfrute
Ella: OK, olvida todo
Él: Lo suponía. Que todo marche poca madre. Salud y que disfrutes los tragos
Ella: No seas orgulloso, solo quiero brindar contigo… Que me acompañes un ratito
Él: No estoy de orgulloso y, si no hemos brindado, no ha sido por decisión mía.
Ella: Jajaja. Salud, un beso
Él: Pueden o no gustarme tus decisiones, pero he decidido respetarlas. Abrazo
Ella: Jajaja igual me gusta tu compañía, apruebes mis decisiones o no. Eso no es lo que busco…
Ella: Anda, no seas ingrato, está un ratito más conmigo
Él: Jaja… Recuerda que soy un tipazo
Ella: Como quieras…
Ella: Anda, ya, introduce algo linto. Sé que puedes, sé que quieres. Tantito, tantito.
Ella: Pienso que si hay resistencia… hay cosas…
Él: Lo sé… y tanto más
Ella: Let it flow. No entiendes que solo el ahora importa. El mar está hermoso
Él: No puedo… ya no. Pero el abrazo es sincero
Ella: Si ya no puedes decir nada lindo no hay nada más que hablar. Son solo palabras eso de que soy la mejor persona y demás, como lo suponía. Y no me vengas con abrazos sinceros, que ya no van. Qué falso!
Él: Ta. Si no van, no van. Cuídate
Ella. Chinga a tu madre, pinche falso, rencoroso y hablador. Guárdate tus buenas intenciones para otros que las merezcan.
Ella: Bien sabes cómo hacer que se vayan a la mierda las cosas que valen la pena.
Ella: Ya sé que es muy cómodo y fácil para ti que sean otros los que digan qué es lo que se va a hacer. Perdón por pensar que podrías ser una maravillosa compañía.
Ella: Por qué será que tienes atole en las venas?... Definitivamente hay mucho más allá de las pláticas pretenciosas. Y sin embargo te quiero… lástima por mí
Él: Lástima por ambos. Cuando quieras hablar podemos hacerlo
Ella: Tú no quieres hablar. Sólo quieres confrontar. Así no juego. Y si lo dudas, revisa los mensajes de este rato. Crees que podría tener ganas de estar con alguien que se expresa así? De qué vale toda la inteligencia si tienes el corazón de un pescado. Muerto.

Él decidió no responder sus mensajes, al igual que en Nuevos Aires, ¿qué sentido tiene seguir si no hay respeto? Ella llamó por teléfono y sostuvieron una conversación bastante álgida que le cortó el inicio de la borrachera a él, ella estaba muy ofendida, me parece sin razón, y él estaba furioso.

No entiende para qué hace esas cosas si insiste en mandarle decir que no le llame; no comprende qué busca, cuáles son sus motivos. Si hubiera iniciado esta conversación hace dos o tres meses, el tono de él habría podido ser distinto. Ella no dejó el corazón de él “de un pescado. Muerto”, pero sí suficientemente maltrecho y ajado y tiene el descaro de preguntarle porqué esta cerrado por derribo.

En fin, afortunadamente pudo retomar la borrachera para terminarla ya con luz de día.

El pinche Sísifo

2

Esta semana, de verdad, quería llevármela leve en cuanto a alcoholes y, más o menos, lo logré. Lo logré no por dejar de beber a diario, sino porque mis noches de alcohol han sido (hasta excesivamente) moderadas. Bebí el martes con Sandro, el miércoles con Eleanor y ayer con Ita.

Hoy estuve en madriza en la oficina, el jefe no dejó de pedir cosas urgentes y, como se negó a ir a una reunión (es jefe y puede hacerlo), me aventó a mí al ruedo. Sin embargo, la primer parte del día rindió algo de frutos y, poco antes de la hora de la comida, le insinué que no quería volver en la tarde y, sin dudarlo, me dio la tarde libre.

Aproveché para llamarle a Eleanor e invitarla a comer. Fuimos a un italiano buenazo, sólo me eché una chela y ella se negó a beber (muy mal por ella). Tiene una cena al rato a la que no fui convocado, pero disfruto su compañía y me ofrecí a se su pinche (ayudante de cocina).

No soy muy bueno en ella, a diferencia del resto de las cosas (Ja!), pero me la paso bastante bien jugando con cuchillos y cortando verduras, frutas y, sobre todo, carnes. Preparé una botana que ella no tenía contemplada, armé cosas para la ensalada y me hice cargo de parte de la salsa para (y el) spaghetti.

Entre un pase de estufa al cuchillo, nos topamos de frente y noté una reacción poco clara para mí, me aventuré a preguntarle si la ponía nerviosa (para lo cual solté el cuchillo, no quería una respuesta inducida) y su respuesta fue afirmativa. No estoy dispuesto a moverme en función de sus reacciones, mucho menos a esperar a ver en qué momento decide algo conmigo, pero es divertido saber que una mujer se siente acorralada (no negativamente) por uno.

La noche se ha hecho y es momento de partir con Ben, a dejar esta mediocridad de alcoholes e ingerir como es debido. He dicho.

Nuevos Aires

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- ¡Imbécil! – le gritó ella.
- ¿Quién chingados te crees, perra, para llamarme así? – reviró él, exhalando el humo de la última fumada de su cigarro, que apagó justo después.
- ¡Eres un hijo de puta! ¡Pinche misógino de mierda! Me largo de aquí... – contestó sin voltearlo a ver, buscando las llaves de su auto.

Él no quiso decir más, había demasiada ira en ambas partes y nunca creyó en la violencia física, que sentía a punto de desbordarse de su rígido puño contra ella o la primer pared que tuviese enfrente.

En cuanto las encontró, salió a la calle, se subió al auto y tomó camino hacia el norte. Su teléfono comenzó a sonar y, cuando vio que la llamada entrante era de su ahora ex-pareja –recién lo decidió–, decidió apagarlo.

Él asumió que era momento de dejar ir a la última mujer con quien había estado, no tenía sentido retener a una mujer que le había llamado imbécil y con quien mutuamente se había perdido el respeto hacía ya unos meses.

Caminó hacia el bar de la esquina, en el que lo conocían de vista, mas no de nombre; en el que sabían qué cerveza tomaba pero no qué combinación de ron prefería; en el que era poco más que un comensal ocasional pero nunca un cliente frecuente.

Le invadió un sentimiento de soledad. Había abandonado a sus amigos por una mujer, porque a ella y a su hermana –quien pasaba tres o cuatro tardes a la semana metida en su departamento, a pesar de tener el propio– les parecían mala influencia. "Son tan mamones esos amigos", era lo más ligero que les había oído decir respecto a ellos.

¡Pinche cuñada! – pensó en cuanto le dio el primer trago a una tibia cerveza, reclinado sobre la barra – Pinche vieja, tan fea la perra que ni se antoja para sacarla a pasear–.

Volvió a llamarle, esperando que le contestara y le pudiese pedir que se vieran, fuera del departamento, para hablar un poco y que la separación fuese un poco más madura o, quizá, menos infestada por el desprecio que sentía cómo ahora arruinaba seis años de vivir juntos. El móvil seguía apagado.

Después de cuatro cervezas, como tenía horas sin comer, se sintió un poco mareado. No podía perder ese espacio que quería hacer suyo. Sería el primer espacio para él, después de tanto tiempo, sólo de él y no de ellos, así que prefirió pagar la cuenta y dejar una generosa propina a la cantinera.

Salió a la calle, que estaba vacía, no había más ruido que el que se escuchaba de los pocos autos que circulaban por una avenida, tres cuadras hacia el oeste. Logró orientarse y tomó camino a su casa.

En la esquina, justo antes de llegar, escuchó que, de una caja de cartón, salían pequeños llantos. Al acercarse se dio cuenta que el "llanto" eran los pequeños maullidos de un gatito, emitidos al tiempo que lamía el cuerpo inerte de otro que parecía haber nacido en la misma camada.

Olvidando tristezas y soledades, nostalgias y lamentos, tomó al gato en sus manos, lo envolvió en su saco, que ella le había regalado y lo llevó a casa. La noche pasó sin contratiempos mayores, le dio un poco de atún y agua.

El nuevo inquilino durmió plácidamente la noche y él perdió el conocimiento mientras veía cómo respiraba plácidamente, inhalando y expirando suavemente, su nuevo compañero. Tan pronto como despertaron fueron al veterinario. Éste le dijo que no había de qué preocuparse, que le daría el medicamento necesario y lo felicitó por el maravilloso gesto de generosidad que había mostrado.

Regresaron a casa y prendió la computadora. Aún tenía las direcciones electrónicas de sus amigos y los invitó para unos tragos esa noche en casa. No sabía si llegarían, pero le pareció que lo harían.

Tomó el teléfono nuevamente, esta vez para llamar a la hasta el día anterior cuñada . "Ni se te ocurra, no quiere hablar contigo", fue lo primero que escuchó. La interrumpió, "no, no quiero hablar con tu hermana, hablo para decirte algo a ti", sólo le había llamado para decirle que él saldría el domingo temprano, que había un gato en casa y que, a la hora que quisieran ella y su hermana, podían pasar por las cosas de ésta… "y por favor, dile que deje las llaves sobre la mesa de la sala".

Refrendando el alivio

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Un par de chelas con Sandro en martes caen bien, no alcancé a beber lo suficiente (si acaso 4 tragos y un par de chelas), pero le hice un breve resumen de lo que pasó en mis días en estas semanas desde que nos vimos por última vez.

Él me contó de una chica con quien lleva meses saliendo, pero nomás no hay nada claro... vaya, ni siquiera sabe si la infanta es virgen.

Yo le conté de Eleanor, la poeta y otras anécdotas y de mis borracheras, a las que nunca deja de ser bienvenido.

Mi ex, con quien vive, me mandó un souvenir alimenticio de algún viaje que hizo por trabajo recientemente. Se lo agradezco, pero me pregunto cuál es su verdadera pretensión de enviarme algo. ¿Qué le sucede? ¿Acaso me extrañará? No lo sé y, francamente, tengo pocas ganas de averiguar.

El Alivio de Luto llegó hace semanas y espero ella esté bien, pero no pretendo ni quiero vovler a estar con ella. Ya ni siquiera estoy dispuesto a estar presente cuando ella caiga en cuenta, si es que su inmenso orgullo se lo permite, de lo errores que ha cometido.