La Farándula

No, no voy a escribir de esa subcultura, sino de un barsucho al que acompañé a la actriz la noche de ayer.

Estábamos en una cantina fresa cercana al Parque Hundido, con dos de los acompañantes de la noche del viernes y dos parejas más. Tras algún tiempo y con banalidades en la conversación, la actriz sugirió mudarnos a un lugar distinto al que iban sus cuates, porque estaba invitada a al festejo de alguien en un bar por Mixcoac y, francamente, prefería seguir con ella, pues me cae bastante bien, a irme con sus cuates.

De camino al bar, me advirtió que el festejo sería en un lugar muy fresa, lleno de música repugnante para mí y que estaría una amiga suya a quien conocía ya (y me agrada), además de la madre de ésta, "y es playmate", advirtió.

Con los ánimos tolerantes que llevaba, seguí con ganas de ir... y agregó que estarían las amigas de la jefa, quienes también son "playmates".

Tenía razón en la descripción del bar, pero dejé pasar la música y estaba con ganas de pasarla bien, a pesar de todo. La experiencia fue por demás interesante.

Una a una, las mujeres con cuerpos desbordantes llegaron, todas arrastrando un accesorio para presumir a sus "amigas", por supuesto, me refiero al "galán" que cada una traía consigo.

La música subió de ritmo y los bolas comenzaron a moverse, al principio las de ellas con sus respectivas parejas y, después, entre ellas sin sus "accesorios". Había una cámara de televisión grabando, la cual fue "robada" por Lorena Herrera cuando hizo su triunfal entrada.

Uno ve a esta vieja en la TV y aparenta ser un ser desagradable de tanta cirugía. Tras verla en vivo, entendí porqué hay gente que asegura que "la tele engorda". Se veía bien, con mucho menos maquillaje del que suele usar... y sus implantes la hacían ver sólo como una mujer promedio entre tanta cirugía.

Finalmente, considero indispensable aclarar que el término "playmate" empleado por la actriz, fue todo un eufemismo...

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