Aquel domingo envejecí

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Aquel domingo, cuando por fin logré abrir su puerta, lo encontré en el piso con dificultades para respirar. Escasos minutos entre mi grito exigiendo una ambulancia y la llegada a la sala de emergencias los sentí como horas. 

Ulises acudió de inmediato al llamado de ayuda y me dijo lo que más temía: no había nada que hacer. En ese momento empecé a envejecer. Primero, cuando al vuelo del desahucio asumí la noticia y decidí que no quería que se le hiciera una sola incisión. 

Mi principal motivación siempre fue la dignidad en su partida.

Cuando llegó la orden de no resucitarlo tenía yo unos años encima, varios más de los que siempre he cargado a cuestas por arriba de mi edad nominal. Al escribir mi nombre y firmarlo en el papel acepté que su vida había terminado; que ya no estaba más.

Lo pasaron a una habitación, conectado a un respirador que lo mantenía artificialmente con vida. Las muestras que pasaron -en persona, virtuales, telefónicas- marcaron el principio de mi duelo; para mí, él ya se había ido.

Pasaron unas horas y me encontraba agotado de la espera, rendido. Quería que todo terminara. Cuando alguien soltó la idea de hacer algo para acelerarlo, pedí que así se hiciera: sedación paliativa. 

Se fue en una nota alta, lejos de largos internamientos y sin las amenazas que había dado en años anteriores; su muerte llegó estando él en buena lid con la vida, con su familia, conmigo. Nos tomó en total asombro, pero no había razón alguna para prolongar lo inevitable; si así cayó su hora, ¿por qué habría yo de retrasarla?

No terminaron de correr 3 horas cuando, por fin, a la 1:56 -ya era lunes- sonó la alarma que avisaba que se había acabado su agonía. 

Sabina regresa, 2010

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Cuando era niño, mi madre solía hacer un apunte de los conciertos de Serrat para grabar un cassette con las canciones que había cantado en esa gira. No recuerdo haber escuchado esas cintas jamás pero, de todas maneras, anoche hice lo mismo en el concierto de Joaquín Sabina... No esperen, quienes me conocen, escuchar un CD con estos temas en este orden.

Sí, faltaron muchas rolas, pero quizá ninguno podrá quedar enteramente satisfecho con sólo una noche del Sabina, aunque sepamos que fue una maravilla... ni modo, nuestra amargura -ligera o profusa- nos obliga a pensarlo así.

Acá el tracklist de ayer, con el álbum original del tema.

  1. Tiramisú de limón - Vinagre y Rosas
  2. Viudita de Clicquot - Vinagre y Rosas
  3. Ganas de - Esta Boca es Mía
  4. Medias negras - Mentiras Piadosas
  5. Aves de paso - Yo, Mi, Me, Contigo
  6. Peor para el sol - Física y Química
  7. Parte meteorológico - Vinagre y Rosas
  8. Por el Boulevar de los Sueños Rotos - Esta Boca es Mía
  9. Llueve sobre mojado - Enemigos Íntimos
  10. Donde habita el olvido - 19 Días y 500 Noches
  11. Como un dolor de muelas - Dímelo en la Calle
  12. Y sin embargo te quiero - Nos sobran los motivos
  13. Y sin embargo - Yo, Mi, Me, Contigo
  14. Cristales de bohemia - Vinagre y Rosas
  15. Una canción para la Magdalena - 19 Días y 500 Noches
  16. Peces de ciudad - Dímelo en la Calle
  17. Cerrado por derribo - 19 Días y 500 Noches
  18. Embustera - Vinagre y Rosas
  19. Calle Melancolía - Malas Compañías
  20. 19 días y 500 noches - 19 Días y 500 Noches
  21. Princesa - Juez y Parte
  22. Amor se llama el juego - Física y Química
  23. Vinagre y rosas - Vinagre y Rosas
  24. Noches de boda - 19 Días y 500 Noches
  25. Y nos dieron las diez - Física y Química
  26. Contigo - Yo, Mi, Me, Contigo
  27. La del pirata cojo - Física y Química
  28. Pastillas para no soñar - Física y Química
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Cerebros

que tal cerebro....

Voces contra la hidra

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Un querido amigo de la Universidad, Mich, escribió este artículo sobre "Los Intocables"... Sólo me resta decir que la única forma de terminar con el temible monstruo de las cabezas que se multiplican -el narco- no es cortándolas una tras otra, sino quitándoles el sustento (el dinero).

Eso, gente, se logra sólo terminando con la prohibición de las drogas.

Piensa Libre

Violencia de pareja

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Ejercer violencia en contra de alguien...


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... puede traer consecuencias:


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Compartir la piedra

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Pues Sísifo ha decidido que la ausencia de estribillo tautológico se dé en común; he ofrecido (y han aceptado) compartir esta piedra que empujo:

¡ME CASO!

Véjenme si estoy llorando

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Es, con toda franqueza, absurdo lo que hacemos como especie en pos de la aceptación.

Claro, lo anterior puede interpretarse de mil maneras, pero la frase se refiere, ahora, a un caso concreto. Esta mañana (madrugada) fui a la embajada gringa a solicitar mi visado.

Para ello pedí, primero, mi cita hace un mes -y hasta hoy me recibieron-. Pagué por el trámite, que no por la garantía de obtenerla, cerca de $130 US; leí y seguí el istructivo, llené mis formularios online y los imprimí; preparé algunos (no encontré todos) recibos de nómina y estados de cuenta bancarios

Desperté resignado a ser inspeccionado por un cónsul que, con base en algún instructivo, habría de decidir si mi condición es aceptable, legal, fundada y válida para acceder a su país.

LLegué antes de mi cita, donde el primer "inspector" me encaminó a una fila que avanzó pronto. Me hicieron que me quitara el cinturón (demasiado tarde descubrí que el botón del pantalón no estaba en su lugar, jaja) y apagara mi celular, sólo para esperar la llegada del segundo revisor.

Este hizo alguna pequeña corrección en uno de mis formatos y me hizo pasar a donde dos guardias (van tres puntos, hasta ahora) me hicieron depositar en una bolsa de plástico mi móvil, iPod, USB y audífonos a cambio de una ficha. Apenas una puerta y un metro más adelante, llegué al mostrador que me hizo saber que, a partir de ese momento, dejaba de ser Sísifo, que desde ese momento, para ellos, sería el 1984.

Entonces pasé a la cuarta garita, donde inspeccionaron mi portafolio y
abrigo con rayos X, mientras yo vaciaba mis bolsillos y pasaba debajo del arco.

Ahí comenzó la espera real. Cuando mi turno fue llamado al escritorio 13 habían sido leídos tres capítulos de la novela en turno. Me dirigí a la silla, escuché y seguí las instrucciones para, con toma fotografía e impresiones digitales de por medio, ser fichado.

Inmediatamente me enviaron a la fila para la (WTF) ¡revisión de las huellas! Tras esa (¿cuántas van? Ah!) séptima escala llegó la espera final: aguantar sentado, tratando de seguir despierto, a veces, y leyendo hasta que el 1984 pasó a la antesala de la ventanilla.

Cuando la lupa de la procónsul, la soberana del territorio 33, octava en la lista, fue la designada para mi turno en el juicio internacional y, después de ver cómo a dos ancianas les fue negada la visa por quién-sabe-qué argumento (capaz sólo querían entrar legalmente a morir en el Smithsonian), llegué, fui inspeccionado y cuestionado.

Estaba ya tan enfadado que me debatía entre desear ser aceptado y rechazado.

-Pasaporte
-Aquí está, buen día.
-Formato DS156... 157...
-Aquí, aquí.
-...

¡Me creyó! No supe cómo podría alguien tomar mi aseveración de que no pretendo negociar armas, migrantes ilegales o drogas; que no busco (ni he buscado) ser un terrorista en ese territorio; que no soy prostituta, ni tratante de personas, ni inquisidor o director de Aushwitz; que nunca, jamás, he secuestrado a alguna persona (gringa, por supuesto... el resto no les importa): que soy una buena persona y que, además, gano suficiente plata para ir y, "god forbid",no quedarme en estados unidos.

Pero quería tenerla, deseaba ser aceptado, necesitaba contar con ese sello en mi pasaporte que dice que, a menos que el agente de migración decida lo contrario, soy apto para transitar entre los 300 millones de estadunidenses y otros tantos inmigrantes...

Evolución paradigmática

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Nada como las antiguas concepciones de la vida para dar cuenta de las transformaciones del mundo.

Los otrora grandes paradigmas han sido sustituidos por otros. Marx ya no es más lo que era. La izquierda ahora mira hacia puntos menos extremos.

En la imagen se observa un cartel publicitario que anunciaba la apertura del vuelo de Pakistan Airlines a Nueva York en tan solo 16 hrs. y media... Mucho, mucho tiempo antes del 11 de septiembre de 2001.

Hoy, una imagen similar (incluso esta misma) sería considerada en el país del norte una gran incitación (invitación) al terrorismo.

Nada como pensar en el 11 de septiembre, pero de 1973, para insistir en el cambio de reflectores. En aquel sólo algunos los encendieron, pues el comunismo era "un peligro que había que detener por cualquier medio"; incluso dando un golpe de Estado.

Fantasmas de vidas pasadas

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Hace unas noches tuve un sueño en el que mis antiguas parejas, al menos dos de ellas, eran una sola persona. No sobra decir que la visión fue una de las más terribles imágenes. Aunque podría pensarse que de ellas permanecen recuerdos buenos y malos, en mi sueño se conjuntaron los más grandes monstruos que las caracterizaban. No, no fue agradable.

Los fantasmas de cadáveres pasados traen no buenos recuerdos, esa es la señal, particularmente a quienes pregonan que todo tiempo pasado fue mejor

When hell freezes over...

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Online sales

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Una de las más absurdas prácticas humanas, producto de la posmodernidad, es la compra por catálogo - televisión - internet.

Imagina, por un segundo (no debe costarte demasiado trabajo), una tienda gigantesca que puedes visitar desde tu escritorio o tus piernas, depende de dónde tengas tu computadora. Esa tienda no requiere que compres algo, ni que pagues por estacionamiento o transporte... Sí, es internet, una vez más, dando de qué hablar.

Nunca me he considerado el gran patriota y acepto chistes xenófobos, casi siempre con una amplia sonrisa, pero me pregunto quién podría comprar alguna cosa así, que "reserva" el espacio de estacionamiento para mexicanos!

Piratería

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La piratería se ha convertido en una actividad generadora de empleo y riqueza. Sí, lamentablemente es hoy una de las actividades informales que más emplean gente en países de América Latina, particularmente en México.

La hay de todo lo que a uno se le pueda ocurrir: películas, software, herramientas, ropa, discos, medicinas, cigarros.

En general, tengo problemas con las copias ilegales desde el punto de vista del consumidor -son de menor calidad-, del ciudadano -generan corrupción- y del economista -se pierden empleos formales y no pagan impuestos, además de todo lo ilegal que hay en ello-.

No consumo ropa, cigarros, medicinas, discos ni películas pirata. Los dos últimos porque encuentro muy respetable la labor de los creadores y sí creo que un artista, como lo son muchos autores e intérpretes, se gana la vida vendiendo su trabajo, i.e. una peli.

Hoy vi una película que está aún en cartelera en la ridícula cantidad de $5... algo así como 50 centavos de dólar.

Sin embargo, confiezo que compro software pirata. Sí, lo evito en la medida de lo posible, busco freeware o shareware (me esfuerzo por usar OpenOffice, pero no existen opciones plenas para mí).

Si el software fuese menos caro, el programa con el que trabajo constantemente cuesta, más o menos, unos 5,000 dólares, lo compraría, pero no puedo pagar tanto por un programa!

Dichos con(ex)temporáneos

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Hay cosas escritas en este espacio de las que puedo no sentirme orgulloso, pero todas las líneas aquí vertidas han dado pie sólo a reflexiones pasadas, que muestran -en la gran mayoría de los casos-, lo que pensaba en ese momento.

Mucho de lo que puedes encontrar será anacrónica, quizá anticlimático. Lo qu puedo decir, con toda certeza en este momento, es que dejé este espacio vivo por lo que fui, porque lo que soy no refleja más allá de mi pasado, aquel que trataba deobrevivir.

Lo que venga en este espacio habrá de ser, sin olvidar que el problema del futuro es que no deja de convertirse en presente...

La Puta de Babilonia

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LA PUTA, LA GRAN PUTA, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala; la del Santo Oficio, y el Índice de Libros Prohibidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqqueó a Constantinopla y bañó de sangre a Jerusalén; la que exterminó a os albigenes y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas; la estafadora de viudas, la cazadora de herencias, la vendedora de indulgencias; la que inventó a Cristoloco el rabioso y a Pedropiedra el estulto; la que promete el reino soso de los cielos y amenaza con el fuego eterno del infierno; la que amordaza la palara y aherroja la libertad del alma; la que reprime a las demás religiones donde manda y exige libertad de culto donde no manda; la que nunca ha querido a los animales ni les ha tenido compasión; la oscurantista, la impostora, la embaucadora, la difamadora, la calumniadora, la reprimida, la represora, la mirona, la fisgona, la contumaz, la relapsa, la corrupta, la hipócrita, la parásita, la zángana; la antisemita, la esclavista, la homofóbica, la misógina; la carnívora, la carnicera, la limosnera, la tartufa, la mentirosa, la insidiosa, la traidora, la despojadora, la ladrona, la manipuladora, la depredadora, la opresora; la pérfida, la falaz, la rapaz, la felona; la cretina, la estulta, la imbécil, la estúpida; la travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrática, la despótica, la tiránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominica, la del Opus Dei; la concubina de Constantino, de Justiniano, de Carlomagno; la solapadora de Mussolini y de Hitler; la ramera de las rameras, la meretriz de las meretrices, la puta de Babilonia, la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar.

El Juego

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Cada que alguien inicia una especie de cadena en la que tienes que hacer algo y exigirle al siguiente que lo haga, me parece que es una pérdida brutal de tiempo. Sí, lo siento.

La más reciente consiste en escribir 8 cosas que no quieres que se sepan de ti y hagas un post en tu blog al respecto. Lanzo, así, modestamente, la pregunta ¿por qué habría de publicar algo que no quiero que se sepa?

Este espacio surgió para darme cabida, no estaba pensado para difundirlo entre la gente, pero alguna noche de tragos se me fue el hocico de más y solté que tenía un blog. Al día siguiente algunos de mis amigos se hicieron el propio o descubrieron su sitio para dejar algún comentario... Eso es lo único que escribiré que no quería que se supiera.

Señales...

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Las iglesias están tan terriblemente desesperadas por su descrédito que algunas han llegado a emplear "estrategias" mercadológicas como esta.

Inteligencia Artificial

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La inteligencia artificial jamás podrá mejorar la estupidez natural.

Sadismo clínico

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Lo que escribí ayer me hizo pensar en otros temas escabrosos, como las visitas al dentista.

Mis dentistas han sido variados y ninguno memorable por ser buena persona, desde el imbécil que me dejó toda mi infancia esperándolo enormes ratos (alguna vez me tuvo en la sala de espera tres horas) hasta el obsesivo compulsivo con el que voy ahora, pasando por un odontopediatra que, si bien era relativamente cuidadoso, la decoración con cientos de figuritas infantiles hacían de su consultorio el paraíso de un pedófilo.

Seguramente por eso es que los desprecio tanto. Estoy convencido de que los dentistas son sádicos por naturaleza, pero no por decisión sino por frustración.

Me explico: son seres incompetentes para la medicina y una gran mayoría llegaron a la escuela de odontología como rechazados de la de medicina, por tanto, para cubrir su imbecilidad decidieron pretender mantener cierto control sobre la salud de la gente (a diferencia de los veterinarios) a través de meterles mano en la boca.

Usan instrumentos muy complejos y puede que vean bastante sangre (quizá más de la que muchos médicos) en sus carreras, pero por sus demonios disfrutan el dolor que inflingen a sus víctimas... no, no pretendí escribir pacientes.

De sólo pensar en ellos me duele la cabeza y me parece incomprensible que alguien (Strozzi) haya podido dormirse mientras le hacían una endodoncia.

Recuerdos cadavéricos

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Hace tiempo que no pensaba en las cuatro escenas sobre las que estoy a punto de escribir. Por algún motivo pensé en ellas. Aunque parecen extraídas de películas gore, las vi y ahora, años después, las escribo en orden cronológico.

1. Era, probablemente, 1985 -tengo esa idea por la edad que recuerdo haber tenido entonces- y yo iba en el asiento del copiloto del auto de mi madre con rumbo al sur sobre una avenida grande. Era de noche y había llovido, el tráfico estaba peor de lo normal en esa vía.

Cuando finalmente parecía aclararse el camino, vi una combi sobre las dos ruedas traseras y un bulto enorme entre las delanteras, las cuales no alcanzaban a tocar el piso. Al acercarnos un poco más, vi que el bulto era un cuerpo humano terriblemente obeso. Alcancé a verle la cara y, aunque no recuerdo sus facciones, se veía increíblemente hinchado, como si los ojos estuvieran al borde de explotar.

2. Una tarde salí de la secundaria, por 1993 ó 1994, y fui a casa de un amigo que vivía cerca de ella, en una calle muy pequeña (casi un callejón) y habíamos ido, mi amigo y yo, a comprar algún refresco a la tienda de la esquina (aún no fumaba, de lo contrario diría que serían cigarros).

Notamos un grupo de tres indigentes en una borrachera brutal y los pasamos de largo, pocos pasos después escuchamos un camión repartidor de coca-cola y gritos. Volteé a ver qué pasaba y lo único que recuerdo es ver que uno de los tres se aventó a las llantas del camión (quizá se tropezó) y este le reventó la cabeza.

Mientras la gente se acercaba a ver (nunca faltan los necesitados de hacerlo), seguimos a la tienda para comprar lo que sea que hayamos buscado. A la vuelta, el cadáver quedaba de camino, así que tuve que verlo... no iba a hacerme pendejo y mirar a otro lado.

El cuerpo estaba sobre el asfalto, no se alcanzaba a ver siquiera el cuello. Sobre el pavimento se notaban trocitos de cerebro, un poco rosas pero más bien enrojecidos, supongo por la sangre.

3. En 1996 estaba ya en la Universidad, una amiga me invitó a que la acompañara a un recorrido por la Facultad de Medicina porque ella quería estudiar ahí (nunca pudo entrar y lo último que supe de ella es que terminó como estudiante de veterinaria, jajaja).

Aunque este no involucra un cadáver fresco, es bastante nítido el recuerdo. Íbamos en un grupo de 15 ó 20 personas y después de pasar por el repugnante bioterio y algunos laboratorios, el "guía" nos llevó a una sala grande. A diferencia de lo que imaginaba, el cuerpo estaba descubierto y todas las luces encendidas.

Fue explicando paso a paso la forma en que la mujer había sido disectada y nos explicó que había padecido cáncer, que nunca tuvo hijos, que tenía alrededor de 25 años, que blah, blah, blah mientras tomaba capas de cuerpo y las iba levantando.

Primero la piel que descubría las costillas, luego las costillas que dejaban ver el lugar donde alguna vez estuvieron sus pulmones y corazón, luego el vientre y nos mostró la matriz. Siguió sacando pedazos de lo que parecía una maqueta de tamaño natural. Estaba tan manoseado y trabajado ese cuerpo, que me fue imposible imaginarlo con vida.

4. El último y más reciente evento (sí, aunque suene a avistamiento de ovnis) fue por 1999. Volvíamos en dos autos de un corto viaje en carretera en dos autos. Yo, por supuesto, lidereaba el camino.

En un instante volteé por el retrovisor para ver si el otro auto seguía detrás de mí y en ese momento vi que aquél golpeó a algo. Mis acompañantes se sorprendieron cuando frené y les dije "golpeó a algo". Me bajé del coche y fui a ver si los otros estaban bien.

Absolutamente impávidos, asintieron. El parabrisas estaba estrellado con un cráter cargado del lado izquierdo (en ese momento no reparé en la sangre). Corrí a ver qué era el bulto que yacía en la carretera y era una mujer. Estaba con la cabeza alejada de mí y las piernas formando un 4.

Me acerqué a verla y buscarle pulso. Estaba muerta. Regresé a movilizar a mi compañía, los del otro auto seguían dentro de él y fui a buscar señales para el camino. Mandé a dos mujeres a dar aviso a la caseta de pago y regresé a colocar los triángulos. Incompetentes; nunca lo hicieron y terminé yendo yo a dar aviso y solicitar los servicios de emergencia con las manos manchadas de sangre.



Así, sin más, estos son los cadáveres que recuerdo haber visto. Algunos con más nitidez que otros. No son muchos, lo sé, pero son bastante más de lo que esta sociedad ve y recuerda.

Ruido

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El humor de este martes está siendo bastante malo

Hay demasiado ruido, hace calor y no tengo escapatoria.

Desde el terrible tráfico de esta ciudad, fue posble captar la tranquilidad en un área verde ridículamente pequeña, en medio de unos 70 autos, todos en movimiento suave. No suena mal para pasar una tranquila tarde