Noche de garito

Creo que Sísifo tiene suficientes vicios en este momento como para hacerse de uno adicional. Como se ha estado haciendo costumbre, una vez a la semana, la casa de Ita ha sido recinto de alcoholes, siempre entre semana, y desvelos previos a días laborales.

En esta ocasión su casa se tornó en un garito y temí por adoptar un vicio nuevo: el juego y las correspondientes apuestas. Gané un poco y perdí otro tanto, pero me he dado cuenta que no puedo adoptar un vicio más. Con los que tengo me bastan, particularmente porque no puedo pagarme el del juego.

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