Refrendando el alivio

Un par de chelas con Sandro en martes caen bien, no alcancé a beber lo suficiente (si acaso 4 tragos y un par de chelas), pero le hice un breve resumen de lo que pasó en mis días en estas semanas desde que nos vimos por última vez.

Él me contó de una chica con quien lleva meses saliendo, pero nomás no hay nada claro... vaya, ni siquiera sabe si la infanta es virgen.

Yo le conté de Eleanor, la poeta y otras anécdotas y de mis borracheras, a las que nunca deja de ser bienvenido.

Mi ex, con quien vive, me mandó un souvenir alimenticio de algún viaje que hizo por trabajo recientemente. Se lo agradezco, pero me pregunto cuál es su verdadera pretensión de enviarme algo. ¿Qué le sucede? ¿Acaso me extrañará? No lo sé y, francamente, tengo pocas ganas de averiguar.

El Alivio de Luto llegó hace semanas y espero ella esté bien, pero no pretendo ni quiero vovler a estar con ella. Ya ni siquiera estoy dispuesto a estar presente cuando ella caiga en cuenta, si es que su inmenso orgullo se lo permite, de lo errores que ha cometido.

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