Fragmento del discurso de cierre de campaña de Patricia Mercado, candidata presidencial por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina... Sólo agrego que lo suscribo, ¡este país necesita una izquierda de valores!
Señoras y señores:
Nos ubicamos claramente en el campo de la izquierda. Nuestra acción política está guiada por un valor definitorio: La justicia. No como dádiva ni graciosa concesión sino como derechos de los ciudadanos.
Nos ubicamos en el campo de la izquierda que, derrotada por la dinámica de las superpotencias en la Guerra Fría, emerge después de la caída del muro de Berlín. Renueva sus raíces y rectifica su trayectoria abrazando el valor de la libertad. El sacrificio de la libertad en aras de la justicia marcó las variantes de la izquierda y selló la derrota del comunismo.
Para nosotros no existe dilema alguno. La libertad que postulamos es un valor principal pero no es un valor absoluto. Es un logro de nuestra integración social. Partimos del anhelo de libertad para llegar a ella en un proceso de liberación frente a la desesperanza, frente a la frustración, frente a la discriminación.
Se ha dicho que ser libre es liberarse a partir de ejercer opciones y elecciones. Se es libre porque se reconoce que los derechos a los cuales accedemos como miembros de una comunidad son solo vigentes a través de la responsabilidad.
Ser libre es conquistar nuestra autonomía el tercer valor que defendemos. Autonomía es construcción de formas de convivencia. Es una emancipación en tanto retorno al mundo de las relaciones humanas.
Del tronco común de la justicia emergen dos valores más que nos son constitutivos. El ejercicio de la tolerancia y el respeto a la diferencia. Tolerancia no es convenir en que discrepamos. La tolerancia y el respeto a la diferencia es el ejercicio activo que nos permite reconocer en las otras y en los otros sus dinámicas, sus formas de vida y sus razones. Es una deliberación permanente para comprendernos. Es la construcción de lazos de solidaridad.
Del tronco común de la libertad como ejercicio de responsabilidades se expresan un gran valor para nosotros, la laicidad, lo laico. Una laicidad como estrategia para la libertad. El Estado laico garantiza la libertad de conciencia.
Finalmente del mismo tronco de la libertad emerge el valor de la competencia como método para evitar la concentración, el monopolio, la oligarquía.
Rechazamos los monopolios y las oligarquías del dinero, del saber o de la fe. Sobre todo rechazamos los monopolios de la verdad porque asumimos la diversidad.
Reconocemos enfoques distintos para plantearnos las mismas preguntas. Para ofrecer distintas respuestas. Para implementar variadas soluciones.
Justicia, libertad, autonomía, tolerancia y respeto a la diversidad, laicismo y competencia son a mi juicio los seis valores centrales de la izquierda moderna.
Pero para que el pluralismo no devenga en fragmentación que dañe el tejido social, ni la libertad entronice el reinado salvaje del interés egoísta, ni la justicia se transforme en paternalismo insultante; la izquierda moderna debe hacer gobernable la diversidad.
Señoras y señores; compañeras y compañeros,
Estamos llamando a votar por convicción. Repito: estamos llamando a votar por convicción. El poder de la convicción es moralmente superior y políticamente más eficaz que la convicción del poder por el poder mismo.
Hace varios siglos, un sabio se empeñó en demostrar que la tierra giraba alrededor del sol. Condenado como hereje por la Inquisición salió de esa sesión mascullando "Y sin embargo se mueve.....". Aunque Galileo sufrió arresto domiciliario, muchos otros después sufrieron por lo mismo penas más graves.
Y sin embargo se mueve...
Que tenemos muchas cosas en contra, que el poder de los monopolios partidistas nos están arrasando. Que no podemos competir contra las arcas de los partidos tradicionales ni contra las trapacerías de los operadores. Y sin embargo se mueve...
Que nuestra agenda valórica es demasiada avanzada. Que asusta al votante medio. Que le bajemos el tono a la demanda por la despenalización del aborto, que no hablemos de sociedades de conviviencia, que no hablemos de la legalización de la mota o de la eutanasia. Y sin embargo se mueve...
Que la política sólo es exitosa con el dinero. Que los medios electrónicos de comunicación cuestan mucho y son estratégicos para un triunfo electoral. Que lo mejor es el mensaje insustancial. Que no importa el discurso sino el rollo. Y sin embargo se mueve...
Que cuidado con las propuestas programáticas porque la gente sólo entiende mensajes simples, lenguaje corporal, frases pegajosas. No los pongas a pensar, me dicen. Y sin embargo se mueve...
Les dicen a ustedes, jóvenes, que dejen de soñar, que le entren al toro, que la política es el reino de lo posible, que aprendan la mañas de los otros. Que el que gana es el que empeña su alma. Y sin embargo se mueve...
Les dicen a ustedes, mujeres, que lo mejor es no plantear temas controversiales, que lo mejor es irse con la corriente. Y sin embargo se mueve...
A lo que se derrotan sin haber dado la primera batalla les digo: Y sin embargo se mueve.
A los profetas del voto útil, les digo: Y sin embargo se mueve.
A los que nos recomiendan que no soñemos, que estemos con los pies en la tierra les digo: Y sin embargo se mueve.
Este 2 de julio mujeres y hombres, jóvenes y ancianos, bugas y gays, indios y mestizos, personas con capacidades distintas, los marginados de todo y los agraciados de todo vamos a decirles a los políticos de siempre: ¡Y sin embargo se mueve! ¡Y sin embargo se mueve! ¡Y sin embargo se mueve!
Este último mensaje es para los políticos de siempre, a la vieja clase política. Ustedes que llevan seis meses agarrándose a cubetazos, ustedes que no tienen tiempo para escuchar a los ciudadanos porque están ocupados tramando el próximo spot cochino; les hablo a ustedes, los espectros que pueblan el mundo que se está acabando.
Con nuestros sueños, con nuestras convicciones, con nuestro desengaños, nuestras caídas, nuestras levantadas, nuestros errores, nuestras rectificaciones. Con nuestro corazón que late por la izquierda. Con la inspiración de los jóvenes de ayer para los jóvenes de hoy. Con las mujeres que se pongan la banda presidencial conmigo.
¡Nos tendrán que creer! Con ustedes, con jóvenes y mujeres, con nosotras y nosotros. Caminemos hacia el 2 de julio para inaugurar un capítulo de la nueva historia. Haremos historia porque somos una izquierda de valores.
Señoras y señores:
Nos ubicamos claramente en el campo de la izquierda. Nuestra acción política está guiada por un valor definitorio: La justicia. No como dádiva ni graciosa concesión sino como derechos de los ciudadanos.
Nos ubicamos en el campo de la izquierda que, derrotada por la dinámica de las superpotencias en la Guerra Fría, emerge después de la caída del muro de Berlín. Renueva sus raíces y rectifica su trayectoria abrazando el valor de la libertad. El sacrificio de la libertad en aras de la justicia marcó las variantes de la izquierda y selló la derrota del comunismo.
Para nosotros no existe dilema alguno. La libertad que postulamos es un valor principal pero no es un valor absoluto. Es un logro de nuestra integración social. Partimos del anhelo de libertad para llegar a ella en un proceso de liberación frente a la desesperanza, frente a la frustración, frente a la discriminación.
Se ha dicho que ser libre es liberarse a partir de ejercer opciones y elecciones. Se es libre porque se reconoce que los derechos a los cuales accedemos como miembros de una comunidad son solo vigentes a través de la responsabilidad.
Ser libre es conquistar nuestra autonomía el tercer valor que defendemos. Autonomía es construcción de formas de convivencia. Es una emancipación en tanto retorno al mundo de las relaciones humanas.
Del tronco común de la justicia emergen dos valores más que nos son constitutivos. El ejercicio de la tolerancia y el respeto a la diferencia. Tolerancia no es convenir en que discrepamos. La tolerancia y el respeto a la diferencia es el ejercicio activo que nos permite reconocer en las otras y en los otros sus dinámicas, sus formas de vida y sus razones. Es una deliberación permanente para comprendernos. Es la construcción de lazos de solidaridad.
Del tronco común de la libertad como ejercicio de responsabilidades se expresan un gran valor para nosotros, la laicidad, lo laico. Una laicidad como estrategia para la libertad. El Estado laico garantiza la libertad de conciencia.
Finalmente del mismo tronco de la libertad emerge el valor de la competencia como método para evitar la concentración, el monopolio, la oligarquía.
Rechazamos los monopolios y las oligarquías del dinero, del saber o de la fe. Sobre todo rechazamos los monopolios de la verdad porque asumimos la diversidad.
Reconocemos enfoques distintos para plantearnos las mismas preguntas. Para ofrecer distintas respuestas. Para implementar variadas soluciones.
Justicia, libertad, autonomía, tolerancia y respeto a la diversidad, laicismo y competencia son a mi juicio los seis valores centrales de la izquierda moderna.
Pero para que el pluralismo no devenga en fragmentación que dañe el tejido social, ni la libertad entronice el reinado salvaje del interés egoísta, ni la justicia se transforme en paternalismo insultante; la izquierda moderna debe hacer gobernable la diversidad.
Señoras y señores; compañeras y compañeros,
Estamos llamando a votar por convicción. Repito: estamos llamando a votar por convicción. El poder de la convicción es moralmente superior y políticamente más eficaz que la convicción del poder por el poder mismo.
Hace varios siglos, un sabio se empeñó en demostrar que la tierra giraba alrededor del sol. Condenado como hereje por la Inquisición salió de esa sesión mascullando "Y sin embargo se mueve.....". Aunque Galileo sufrió arresto domiciliario, muchos otros después sufrieron por lo mismo penas más graves.
Y sin embargo se mueve...
Que tenemos muchas cosas en contra, que el poder de los monopolios partidistas nos están arrasando. Que no podemos competir contra las arcas de los partidos tradicionales ni contra las trapacerías de los operadores. Y sin embargo se mueve...
Que nuestra agenda valórica es demasiada avanzada. Que asusta al votante medio. Que le bajemos el tono a la demanda por la despenalización del aborto, que no hablemos de sociedades de conviviencia, que no hablemos de la legalización de la mota o de la eutanasia. Y sin embargo se mueve...
Que la política sólo es exitosa con el dinero. Que los medios electrónicos de comunicación cuestan mucho y son estratégicos para un triunfo electoral. Que lo mejor es el mensaje insustancial. Que no importa el discurso sino el rollo. Y sin embargo se mueve...
Que cuidado con las propuestas programáticas porque la gente sólo entiende mensajes simples, lenguaje corporal, frases pegajosas. No los pongas a pensar, me dicen. Y sin embargo se mueve...
Les dicen a ustedes, jóvenes, que dejen de soñar, que le entren al toro, que la política es el reino de lo posible, que aprendan la mañas de los otros. Que el que gana es el que empeña su alma. Y sin embargo se mueve...
Les dicen a ustedes, mujeres, que lo mejor es no plantear temas controversiales, que lo mejor es irse con la corriente. Y sin embargo se mueve...
A lo que se derrotan sin haber dado la primera batalla les digo: Y sin embargo se mueve.
A los profetas del voto útil, les digo: Y sin embargo se mueve.
A los que nos recomiendan que no soñemos, que estemos con los pies en la tierra les digo: Y sin embargo se mueve.
Este 2 de julio mujeres y hombres, jóvenes y ancianos, bugas y gays, indios y mestizos, personas con capacidades distintas, los marginados de todo y los agraciados de todo vamos a decirles a los políticos de siempre: ¡Y sin embargo se mueve! ¡Y sin embargo se mueve! ¡Y sin embargo se mueve!
Este último mensaje es para los políticos de siempre, a la vieja clase política. Ustedes que llevan seis meses agarrándose a cubetazos, ustedes que no tienen tiempo para escuchar a los ciudadanos porque están ocupados tramando el próximo spot cochino; les hablo a ustedes, los espectros que pueblan el mundo que se está acabando.
Con nuestros sueños, con nuestras convicciones, con nuestro desengaños, nuestras caídas, nuestras levantadas, nuestros errores, nuestras rectificaciones. Con nuestro corazón que late por la izquierda. Con la inspiración de los jóvenes de ayer para los jóvenes de hoy. Con las mujeres que se pongan la banda presidencial conmigo.
¡Nos tendrán que creer! Con ustedes, con jóvenes y mujeres, con nosotras y nosotros. Caminemos hacia el 2 de julio para inaugurar un capítulo de la nueva historia. Haremos historia porque somos una izquierda de valores.