Cartas y copas

Recibí una carta este día en mi buzón (virtual, por supuesto... ya nadie escribe correspondencia y espera que el cartero la entregue).

Me rompió la madre y me hizo recobrar toda mi misantropía que inevitablemente llega cada tanto. No la puedo (ni quiero) evitar. Es parte de mí y la asumo como tal.

Necesitaba unas chelas y le hablé a Sandro. Nos fuimos a Coyoacán al más popular de los bares de la pretensa intelectualidad mexiqueña (según la Academia Mexicana de la Lengua, ésta es la forma correcta de llamar a los oriundos del Distrito Federal).

Le advertí que temía beber, porque mi estado de ánimo no era muy saludable, pero después de una chela empezó a fluir el vodka y fue muy generoso conmigo. Me sentí muy bien de tenerlo en mis venas.

¡El alcohol es tan buen amigo si lo quieres y lo tratas como tal!

Gracias, carnal, me siento mucho mejor

Comment (1)

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